La mejor forma de alcanzar la felicidad no tendría que ver con las experiencias, los bienes materiales o la filosofía personal.

De acuerdo al neurocientífico de la Northwestern University, Moran Cerf, para alcanzar la verdadera felicidad las personas deben tomar una sola decisión: elegir correctamente a las personas que las rodean.

Tal como recoge el sito de actualidad Business Insider, hay dos premisas que llevan a Cerf a creer que la compañía personal es el factor más importante para la satisfacción a largo plazo.

Lo primero, es que la toma de decisiones es agotadora. Diversas investigaciones han arrojado que los humanos tenemos una cantidad limitada de energía mental para dedicarse a tomar estas decisiones.

Elegir la ropa, dónde ir a almorzar, qué comer cuando llegamos ahí, qué tipo de música escuchar y qué hacer en nuestro tiempo libre, demanda a nuestro cerebro a utilizar esta energía de forma diaria.

Helena Lopes  (CC0) Pexels
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La segunda premisa es que los humanos tienen la falsa creencia de que tienen el control total de su felicidad al tomar estas decisiones.

Muchos creen que siempre y cuando tomen las decisiones correctas, estarán encaminados hacia la satisfacción de la vida.

Pero Cerf, quien ha estudiado con electroencefalogramas por una década la forma en que los humanos tomamos decisiones, rechaza esta idea. Él esgrime que la toma de decisiones está cargada de prejuicios que nublan nuestro juicio.

“La gente deja que sus emociones conviertan una elección racional en una irracional, y usan señales sociales, incluso subconscientemente, para tomar decisiones que de otro modo evitarían”, expresa.

Nicolas Postiglioni (CC0) Pexels
Nicolas Postiglioni (CC0) Pexels

Lo interesante es que de acuerdo a los estudios del neurocientífico, cuando dos personas están en compañía del otro, sus ondas cerebrales comenzarán a verse casi idénticas.

Una investigación sobre cinéfilos publicada en el Journal of Consumer Research, por ejemplo, descubrió que los trailers más atractivos producían patrones similares en los cerebros de las personas.

“Cuanto más estudiamos el compromiso, vemos una y otra vez que estar al lado de ciertas personas en realidad alinea su cerebro con ellos”, basado en sus gestos, el olor de la habitación, el nivel de ruido y muchos otros factores, explicó Cerf.

“Esto significa que la gente con la que pasas el rato realmente tiene un impacto en tu compromiso con la realidad más allá de lo que puedes explicar. Y uno de los efectos es que te vuelves igual”, añadió.

A partir de esas dos premisas, la conclusión de Cerf es que si las personas quieren maximizar la felicidad y minimizar el estrés, deben construir una vida que requiera de menos decisiones al rodearse de personas que encarnan los rasgos que prefieren.