Marzo es un mes donde se incrementan las consultas a los psicólogos. El responsable de este fenómeno es el Síndrome Postvacacional, que describe el complicado “aterrizaje” de los trabajadores en sus labores después de las vacaciones, lo que muchas veces se traduce en estrés, irritabilidad y ansiedad.

Para superar esto, tanto las personas como las organizaciones pueden poner su granito de arena, explica Mauricio Hetz, psicólogo de Nueva Clínica Cordillera.

“Hay un proceso de estrés posvacacional. Es demasiado fuerte el cambio entre las vacaciones y la rutina diaria, y esto trae muchas dificultades, porque las personas se enfrentan a un nuevo proceso. Y las empresas y organizaciones también lo notan, porque hay menos interés por rendir y en el fondo se produce una resistencia por querer volver a la rutina”, comenta el especialista.

El diagnóstico parte porque las personas tienden a “idealizar” las vacaciones y piensan en el resto de año como si fuera una fatalidad. “Uno idealiza el verano como el periodo que tengo para ser yo mismo, y contar con el tiempo libre que durante el año nunca tengo. Volver a marzo es como decir ‘me falta todo el año para volver a vivir esta época relajada, de esparcimiento’. Por eso hay que romper ese esquema mental de que la vuelta al trabajo significa terminar la felicidad”, señala el especialista.

Hetz asegura que el primer consejo para los trabajadores es preparar el terreno para el retorno. “Lo ideal es que antes de volver a trabajar, o en la primera semana de vuelta al trabajo, generar instancias para compartir socialmente. Es recomendable hacer juntas con familiares o amigos, salir con la pareja, aprovechar que el clima está agradable, y tener actividades recreativas que sean un intermedio entre el verano y el trabajo”, sostiene.

En este proceso, hay que mentalizarse en las cosas positivas para reconectarse con la rutina laboral.

“Demora unas 2 a 3 semanas aclimatar el cuerpo y la mente para poder estar fresco y asimilar en el fondo lo que significa el recomenzar. Pero esta estimación varía, dependiendo si alguien es sedentario o más deportista. A estos últimos les va a costar menos el reconectarse con la rutina laboral”, indica Mauricio Hetz.

Una situación especial en marzo es la de las mujeres trabajadoras que enfrentan una “doble carga” laboral, entre la rutina del trabajo y sus responsabilidades familiares. “Es un trabajo doble, doble desgaste. Por eso debe ser algo consensuado, un trabajo en equipo, en pareja, en familia, con los hijos, para que no se produzca malestar, sobrecarga y ansiedad”, añade.

Calendario en mano

Esta “idealización” del verano se traduce también en que tras el retorno de las vacaciones, lo primero que muchos hacen es mirar en el calendario los feriados que vienen, que este año se traducirán en 8 fines de semana largos y 16 festivos a nivel nacional.

Pero la idea, según Hetz, es que ese mismo calendario que sirve para programar las “minivacaciones”, sea utilizado también para plantearse metas personales y familiares.

“El consejo es poner metas de corto plazo, por ejemplo retomar la actividad física, ordenar los hábitos alimenticios, o ponerse objetivos como avanzar en perfeccionamiento profesional, concretar una relación, conseguir la casa propia o aumentar el flujo de ingresos”, indica.

“El objetivo es plantearse en un escenario positivo, de nuevo año, nuevas metas y crecimiento profesional. Esa es una manera de incrementar la motivación personal”, añade.

La ansiedad también se combate poniendo fechas y evitando por ejemplo que “se aparezca marzo”, con todos los trámites que conlleva este mes y los pendientes que quedaron del verano. “La ansiedad se rompe cuando digo ok, tal día, voy a hacer la revisión técnica del automóvil, a pagar el permiso de circulación, a comprar los útiles escolares. Cuando uno se programa, se corta la ansiedad. Con tan sólo organizarse, puedo evitar el estrés”, recomienda.

En la empresa

El ambiente en el lugar de trabajo también es clave para apoyar la vuelta a las labores, pero todo parte por uno mismo.

“Cultivar una relación con los compañeros de trabajo es primordial, porque en el fondo el clima laboral marcará una diferencia enorme entre si va a ser agradable o no retomar el año. Y si uno nota que el clima no es muy favorable, hay que ver en qué estoy fallando, en qué está fallando el entorno, y cómo puedo aportar mi granito de arena para que esto funcione”, indica.

La empresa, como organización, también debe aportar con iniciativas que hagan más amable la vuelta al trabajo de sus colaboradores. Ideas como las pausas activas, los espacios recreacionales, o las técnicas de relajación favorecen el clima laboral.

“La empresa cumple un rol muy importante en cuanto a la recepción del empleado y puede hacer más amigable la vuelta al trabajo, sorprender a sus trabajadores, con instancias que rompan el esquema rutinario”, finaliza el psicólogo de Nueva Clínica Cordillera.