Todos tendemos a fijarnos metas o expectativas en los diferentes aspectos de nuestras vidas, lo cual es positivo porque nos guían y nos ayudan a ir superando desafíos. No obstante, el psicólogo de Centros Médicos Vidaintegra, Felipe Mora, explica que “esto es recomendable siempre y cuando se trate de objetivos realistas y teniendo en consideración los factores externos que se pueden presentar”.

Así, un estudiante que no obtuvo buenas calificaciones y que le tocó enfrentar la separación de sus padres, por ejemplo, no debe quedarse con la visión negativa de que no cumplió, sino considerar que ese contexto tal vez no lo favoreció. “Hay gente que se desmotiva porque no cumplió lo que se había propuesto, pero no considera las variables que se presentaron en el camino y que no siempre son manejables” afirma el especialista.

Tipos de metas

Según advierte el psicólogo de Vidaintegra, lamentablemente los objetivos que más se escuchan tienen que ver con logros materiales y económicos, tanto en mujeres como en hombres, porque muchos se miden en función de lo que tienen.

Las metas significativas tienen que ver con las emociones. Algunos ejemplos que entrega el profesional son “intentar conocerme más a mí mismo, aceptar mi entorno directo tal como es, sin pretender cambiarlo y compartir evitando que las personas sean un recuerdo sino un cariño trabajado en el ahora”.

Finalmente, estos objetivos deben tener un camino o proceso claro a seguir, sin que impliquen un castigo. “No debo sentir un yunque o bola de acero amarrada al cuello, porque eso no tiene ningún sentido”, aclara Felipe.

Para tener en cuenta

Para empezar una nueva etapa sin presiones innecesarias, el psicólogo entrega las siguientes recomendaciones:

1. Realizar un balance del año que terminó, analizando lo que cumplí y también aquello que no pude realizar, teniendo en consideración los motivos antes de trazarme objetivos para el año entrante.

2. Evitar metas generales que estén sustentadas en anhelos y deseos que manifiestan la mayoría de las personas, sino establecer pautas individuales destinadas a satisfacer mis necesidades reales, sobre todo en el ámbito afectivo.

3. Fijar metas atingentes y contingentes que tengan un camino o proceso lógico a seguir para poder cumplirlas.

4. Evitar aquellas orientadas solo al logro económico y tener presente el costo emocional que puede implicar el conseguirlas.

5. Analizar si se tienen las competencias para poder cumplirlas desde el punto de vista profesional o académico.

6. Incorporar el cuidado de la salud sin dar por sentado que eso es algo con lo que se cuenta.