Hay quienes hacen de la soltería su bandera de lucha y deciden permanecer así por años, ya sea por miedo al compromiso, inmadurez o simplemente por gusto. En tanto, existen otros que no disfrutan para nada este estado y luchan a diario por encontrar su anhelada ‘media naranja’.

En la actualidad, para este grupo de personas existe una amplia gama de herramientas que, al menos en teoría, permiten conocer a quien quizá podría convertirse en el ‘gran amor’. Sitios y aplicaciones de citas como Tinder, fiestas exclusivas para solteros y solteras, o incluso las mismas redes sociales, constituyen a veces armas poderosas para quienes desean probar suerte una y otra vez.

En este contexto, las primeras citas se vuelven casi un panorama obligado, sin embargo, generalmente ocurre que una de las dos personas se engancha más rápido que la otra, cree que todo es perfecto y comienza a planear lo que será su nueva vida en pareja, pero ¿qué ocurre cuando nos vamos a casa ilusionados y jamás volvemos a recibir un llamado o un mensaje de WhatsApp? o ¿Qué pasa si ese mensaje que tanto esperamos dice ‘Genial haberte conocido. Me caíste súper bien, pero en realidad no estoy preparado para algo más serio’?

Y es que aunque para muchos puede sonar ridículo, este momento también implica un duelo, quizá mucho más corto, pero cuando eres tú la persona que enfrentó el rechazo, es innegable que existe una sensación de quiebre sentimental aunque en realidad sepas que jamás tuviste algo ni remotamente parecido a una relación amorosa.

Una tesis que avala la doctora y psicóloga de la Universidad Yeshiva de Nueva York, Suzanne Lachmann, quien asegura que más allá de aquella ‘sensación de pérdida’, lo cierto es que este tipo de situaciones también nos hace pensar en que nosotros tuvimos la culpa y que tal vez hicimos algo para alejar a esa persona.

“A veces los mismos amigos te dicen que debió haber alguna indirecta que pasaste por alto o que en realidad esa reciprocidad que sentiste no era tan así porque, al fin y al cabo, no volvió a comunicarse ¿cierto?”, comenta la experta, preguntándose si acaso es saludable quedarse ‘pegado’ en esa sensación.

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La respuesta claramente es no, y para explicarlo detalla tres pasos, en una columna publicada en el sitio web especializado Psychology Today, y que podrían ayudarte a superar ese ‘quiebre amoroso’ que tú sientes pese a que tus amigos te intenten convencer de lo contrario.

Primer paso: Confiar en tu comprensión de la experiencia

La académica señala que no importa lo que opine el resto acerca de tu experiencia, sino que lo más importante es confiar en lo que tú sentiste y experimentaste en esa o esas citas. “Si realmente sentiste que hubo una conexión mutua, y él o ella también te lo dio a entender, entonces así fue“, comenta.

Suzanne agrega que no sirve de nada intentar convencerse de que en realidad perdiste tu tiempo, pues nadie más que tú sabe cuán emocionante y esperanzadora fue la experiencia que tuviste con aquella persona, y que por lo mismo hizo que te aferraras a la idea de que podían avanzar a algo más. No huyas de eso, en definitiva, es lo que viviste.

Segundo paso: Entender que el resultado NO es tu culpa

Una vez que aceptes que sí te ilusionaste, debes trabajar en entender que si las cosas no resultaron no fue por tu culpa. “Por más que repitas todo lo que hiciste en tu cabeza y lo analices obsesivamente para encontrarle un sentido a lo que pasó, lo que perdiste y lo que hiciste mal, no encontrarás una respuesta que te satisfaga del todo”, señala Lachmann.

Por otro lado, indica que si el momento que pasaron juntos fue genial para ti, te quedes con eso. Quizá la otra persona también sintió la conexión, pero simplemente no estaba preparada para continuar explorando ese terreno, y frente a eso no hay nada que puedas hacer.

Recuerda que no importa cuán intensa haya sido la conexión, el punto es que no tienes control sobre cómo la otra persona va a experimentarla y procesarla cuando ese encuentro acabe“, indica, agregando que existen miles de razones para explicar ese distanciamiento, por lo que echarse la culpa debería ser lo último que se nos pase por la cabeza.

Tercer paso: Darse cuenta que, en realidad, no alcanzaste a conocer a esa persona

Más allá de lo emocionante que pudo haber sido esa cita, la conexión que sentiste o si él o ella te aseguró que te contó toda su vida, la verdad es que debes tener claro que sólo conociste una faceta de aquella persona, una muy pequeña. “Sólo una relación sostenida en el tiempo es la que te permitirá conocer realmente a alguien“, comenta la experta.

En este contexto, son muchas las variables que pueden tener lugar. Quizá él arrastra un daño emocional que le impide avanzar más allá o quizá simplemente es una persona egoísta incapaz de comprometerse con algo más que no sea su independencia, el tema es que cada persona esconde luchas internas que a simple vista jamás podremos distinguir y que a veces se interponen en decisiones y formas de sentir que no podemos controlar.

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¿Más consejos?

Para complementar los consejos de la psicóloga, la bloguera Jessica Lindsay, describió en el diario inglés Metro, una serie de ‘tips’ para olvidar a esa persona especial que ya sabemos que no lo fue tanto.

1.- Date espacio: Un clásico. Lindsay recomienda que si existen amigos en común o un contexto que favorezca el que te vuelvas a cruzar a esa persona, los evites lo más que puedas. Para eso puedes contar con una persona de confianza para que ‘te salve’ si es necesario.

2.- Resiste los impulsos cibernéticos: No revises sus redes sociales ni menos pongas ‘Me Gusta’ a una foto de hace seis meses atrás. Tampoco te martirices comparándote con alguna otra posible ‘conquista’, pues eso sólo logrará que te concentres en tus defectos y no en el sinfín de oportunidades que puedes tener hacia el futuro, asegura.

3.- Pregúntate qué es lo que mereces: Jessica asegura que este es el momento perfecto para pensar en ti mismo. Pudo haber sido un tema de compatibilidad o quizá que estaban en el tiempo y lugar equivocado, sin embargo, debes tomarlo como una posibilidad para crecer, reflexionar acerca de lo que quieres para tu futuro, establecer límites y así no tropezar con la misma piedra.

4.- Piensa en esas personas como si fueran verdaderos ex: Como se señala anteriormente, no importa si alcanzaste o no a ponerle nombre a tu romance fugaz, permítete sentir y sufrir esa pérdida como tú quieras en vez de torturarte pensando en si vale la pena o no hacerlo, indica.

5.- Aprende a estar solo: Por último, recomienda que analices porque sigues involucrándote en estas ‘seudo relaciones’. Quizá simplemente necesitas consuelo o atención. A veces ni siquiera sabes si es la persona correcta pero te aferras a esa idea para no estar solo. Como sea, aprovecha de pensar con frialdad en lo que realmente estás buscando.