La palabra ‘sexting’ (sex + texting, en español sexo + textear) es un anglicismo que se refiere al envío de mensajes sexuales, ya sea como texto y/o en imágenes, a través de teléfonos móviles y que se practica desde tiempos en que ni siquiera existía tal denominación.

Si bien muchos creen que el sexting es una realidad presente sólo entre adolescentes o jóvenes, lo cierto es que con los años se ha extendido a diversos grupos etáreos, situación que podría responder -en algunos casos- al poco tiempo que las preocupaciones de la vida moderna dejan para el ocio o la intimidad.

La práctica del sexting se extendió durante el último tiempo con la proliferación de aplicaciones de mensajería instantánea como Snapchat, que prometen la eliminación de los mensajes pasado un cierto tiempo, ofreciendo una garantía para enviar imágenes un poco más ‘osadas’ sin tener que lamentar su proliferación por la Internet minutos más tarde.

Este fue el principal gancho para que los jóvenes, principalmente estadounidenses, se volcaran de lleno a la utilización de este recurso. De hecho, un estudio de la Universidad de Utah, Estados Unidos, publicado en 2014, afirmaba que un 19,1% de los 1.130 estudiantes de educación secundaria encuestados, reconocieron haber enviado una foto de ellos desnudos; y un 38% indicó haberlas recibido. Además, una de cada cinco jóvenes, afirmó haber reenviado una imagen a otra persona.

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Y es que pese a que la aplicación te avisa si alguien realiza una captura a los mensajes, ya que no se pueden guardar, lo cierto es que no hay nada que puedas hacer para evitarlo, más que bloquear o cortar todo tipo de comunicación con esa persona. El punto es que lamentablemente puede ser demasiado tarde.

Por otro lado, la popularización de plataformas de citas virtuales como Tinder, Grindr, Brenda, Happn, y un sinfín de otras, ha contribuido a esta práctica entre desconocidos, lo que implica un riesgo mayor puesto que no se sabe con exactitud a quién le estás enviando los mensajes y lo que podrían hacer con ellos.

De hecho, muchas de las personas que utilizan estas aplicaciones para encuentros casuales, recurren primero a conversaciones de carácter íntimo y sexual, sin detenerse a pensar en que quizás esos mismos mensajes pueden ser más tarde compartidos públicamente en diversos sitios web, y dar paso a delicadas situaciones relacionadas a la extorsión, cyberbullying y/o acoso por Internet.

Es por eso que ante este escenario, que a simple vista puede parecer inofensivo, es necesario tener en cuenta los principales riesgos asociados al sexting y, al mismo tiempo, revisar algunos consejos para practicarlo de forma segura.

Principales riesgos asociados al sexting

De acuerdo a la Oficina de Seguridad del Internauta de España, uno de los peligros más comunes que derivan del sexting es la denominada “revenge porn”(porno venganza), acto que consiste en la difusión de contenido íntimo de una o más personas, sin la autorización de éstas y ya sea por despecho o simplemente para humillarlas. Por lo general, se asocia a tensiones o quiebres conflictivos entre exparejas.

El tema es que más allá del daño moral que experimenta la persona vejada, también se vuelve un gran problema el intentar eliminar tales contenidos, puesto que como ya sabemos, Internet es infinito y es prácticamente imposible eliminar para siempre algún contenido.

En esta línea, la psicóloga española Alicia López de Fez, señala que tras la humillación pueden originarse trastornos psicológicos tales como ansiedad o depresión. La víctima suele ceder ante las presiones o chantajes para evitar la exposición pública y accede a continuar compartiendo contenido íntimo.

Pro Juventute (cc) | Flickr
Pro Juventute (cc) | Flickr

Consejos para practicar sexting de manera más segura

Lo primero que debes saber es que siempre se puede practicar sexting seguro intercambiando frases o emojis de contenido más osado, sin la necesidad de caer en el envío de fotografías íntimas. Así, dejamos que nuestra imaginación haga el trabajo más importante. No obstante, si estás decidido a iniciarte en este camino, debes tener en cuenta algunas recomendaciones.

1.- Lo primero y más importante, es que si no sabes si la persona con la que estás hablando es mayor de edad, mejor te abstengas de compartir cualquier tipo de contenido de carácter sexual o incluso insinuaciones, pues es un delito penado por la ley.

2.- NO envíes una fotografía íntima si no estás seguro de quién es la persona que está al otro lado. En redes sociales como Instagram y Facebook abundan los perfiles falsos que sólo se dedican a la recopilación de este tipo de contenidos para luego divulgarlo en la red. Lo mismo ocurre en aplicaciones como Tinder o Grindr, pues puede ocurrir que en vez de conseguir un encuentro casual o una cita amorosa, termines expuesto en algún Tumblr de dudosa procedencia.

Claramente lo ideal es practicar sexting con alguien que al menos conozcas en persona y que puedas confiar. En esta misma línea, si lo haces con tu pareja lo importante es que conversen del tema antes, para reflexionar acerca de la intimidad y confianza que necesita esta práctica, pues muchos de los problemas que derivan del sexting tienen que ver con despechos o venganzas entre exparejas.

3.- Si vas a recurrir a esto con personas desconocidas, lo ideal es que no expongas tu identidad. Mejor recurre al uso de algún nombre de fantasía, particularmente en aplicaciones de citas. Finalmente si lo único que quieres es pasar un buen rato, no es necesaria tanta información ¿no?

MamzelAmanda (cc) | Flickr
MamzelAmanda (cc) | Flickr

4.- Si igualmente quieres intercambiar fotos osadas, procura no mostrar tu rostro en tales imágenes. También debes ser cuidadoso con las fotos del perfil que tienes o similares, donde pueda aparecer tu cara, pues claramente pueden juntar una con otra y producir el mismo efecto no deseado del que ya hemos hablado.

5.- Jamás te dejes grabar en un video, principalmente en situaciones de corte sexual, pues al igual que las fotos, nunca sabrás el uso que le dará la otra persona.

6.- Recuerda que siempre se puede acabar cuando tú quieras, pues nadie puede obligarte a realizar alguna acción incómoda o que no desees. En este sentido, debes exigir respeto y, al mismo tiempo, respetar. Si eso no ocurre, simplemente puedes terminar la conversación, bloquear o eliminar a tal contacto y continuar con tu vida.

7.- Y lo último, pero no menos importante, es que NUNCA hagas lo que te no gustaría que te hicieran a ti. Si bien puede parecer divertido reírse junto a un amigo de algún mensaje ‘cochino’, lo cierto es que si la otra persona accedió a mantener un grado tal de confianza contigo, que es capaz de enviarte contenido íntimo, lo mínimo es que respondas con respeto, decencia y discreción.

En cuanto a las parejas, un último consejo podría ser que independiente de los motivos de una ruptura amorosa, no es necesario caer en este tipo de ‘venganza’. Si te ves tentado, intenta pensar en los buenos momentos que viviste junto a tal persona y reflexiona acerca de lo que ‘ganas’ cometiendo un acto así de bajo y cruel.