La capacidad de empatizar es inherente al ser humano, sin embargo esta se estaría demostrando más hacia los animales que a otras personas. A priori, la situación se explicaría porque los animales serían seres mas desvalidos y que a menudo necesitarían ayuda.

Investigaciones publicadas en países diferentes comprobaron que las personas buscan curar de forma más concreta el sufrimiento de animales antes que la de sus semejantes, en ocasiones prefiriendo a un perro sobre un niño.

Los estudios fueron realizados por la Fundación Harrison en Reino Unido y la Universidad de Boston, en Estados Unidos. Ambas entidades concluyeron que las personas demuestran más su amor ante situaciones complejas que sufren los perros, por sobre otras personas.

¿Por quién donarías tu dinero?

Según señala el periódico británico The Independent, el primer estudio, llevado a cabo durante dos años en Inglaterra, buscó probar en qué situaciones la gente era más llana a donar dinero, para proteger y salvar a perros o a seres humanos.

Con este propósito, los investigadores imprimieron 2 avisos, en ambos se escribió la misma pregunta “¿Donarías 5 libras para salvar a Harrison de una lenta y dolorosa muerte?”.

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La única diferencia entre los avisos estuvo en que en uno se puso la foto de un cachorro de perro, mientras en la otra se puso la imagen de un adulto común y corriente.

Tras dos años de pedir pequeñas donaciones en las calles, quienes llevaron a cabo la investigación determinaron que el aviso que tenía la foto del animal tenía más dinero recaudado que el de la persona.

¿Quién te genera mayor pena?

Otro estudio realizado en Estados Unidos, por los profesores Jack Levin y Arnold Arluke, puso a personas frente a situaciones violentas que involucraron a perros y personas, determinando en cuales casos los participantes mostraban mayor tristeza y empatía.

El ejercicio consistió en dar a 240 personas un artículo, de cuatro diferentes, donde se relataba la historia de un ataque con un bate de beisbol sobre un desconocido sujeto.

El texto relataba como la policía arribaba a la escena del crimen un par de minutos después del hecho, encontrando a la víctima con una pierna rota, múltiples heridas y totalmente inconsciente.

La diferencia entre los 4 textos estaba en que cada uno tenía una víctima diferente, en el primero el ataque era recibido por un cachorro de pocos meses, el segundo era un perro ya adulto, el tercero se trataba de un infante menor a un año de vida y el último un adulto de 30 años.

Según indicaron los autores de la investigación, quienes leyeron la historia del niño, el perro y el cachorro reportaron mayores niveles de tristeza y empatía, muy por sobre quienes habían leído la nota del ataque sobre el adulto.

Jack Levin, uno de los autores, sostuvo al medio The Times Reports que, “las personas respondieron de una manera mucho menos afligida al leer el texto donde el adulto era la víctima, en comparación con los otros tres. Creemos que la persona mayor recibió menos empatía debido a que también había un menor como caso”.

Los autores concluyeron que muchas personas ven a los animales de la misma forma que ve a las personas. “Muchos aprecian a sus mascotas como un igual, ya no como animales sino como sus pequeños bebés” sentenció Levin.