Sorpresa generó entre visitantes y ecologistas la aparición de dos jirafas blancas en un parque natural en Kenia.
El avistamiento ocurrió en Garissa, en donde los dos ejemplares de jirafas reticuladas -madre e hijo- se dejaron ver de manera tranquila.
Tal como recoge el sitio de actualidad Business Insider, ambos padecen leucismo, una condición genética que colorea de blanco el pelaje de los animales.
A diferencia del albinismo, en los casos de leucismo el organismo si produce pigmentos oscuros en tejidos blandos, lo que hace que el color de los ojos no varíe.
“Estaban muy cerca y extremadamente calmados y parecían no estar molestos por nuestra presencia molestara”, señalaron desde el programa de conservación Hirola Conservation Programme (HCP), quienes administran el lugar.
“La madre siguió caminando de un lado a otro a unos metros de nosotros mientras indicaba al cachorro que se escondiera detrás de unos arbustos. Es una característica presente en la mayoría de las madres del mundo animal para cuidar a sus crías”, agregaron.
La jirafa reticulada es una subespecie de jirafa nativa de Somalia, Kenia y Etiopía. Son muy apetecidas por los cazadores, debido a su pelaje y piel, con las que hacen pulseras y cuerdas.
Cabe señalar que la ONG HCP se encarga además de preservar a una de las especias más raras del mundo: el antílope hirola.