Esta madrugada se registró un sismo de 5.9 que fue percibido en las regiones del Maule, Bío Bío, Araucanía y Los Ríos. Posterior a ello, se sintieron una series de movimientos telúricos que variaron entre los 3.9 y los 5.1 grados en la escala de Richter.

Todo esto causó conmoción sobre todo en la región del Bío Bío, donde estuvo el epicentro de los sismos y donde aún se mantiene vivo el recuerdo del terremoto de 2010.

En conversación con el Podría Ser Peor, el director del Centro Sismológico de la Universidad de Chile, Sergio Barrientos, detalló que esta seguidilla de movimientos son réplicas del sismo de mayor magnitud.

“Uno puede hablar de un sismo principal con sus réplicas, lo que ocurre hoy en la madrugada y sigue ocurriendo hoy en la tarde. Hay sismos que se pueden detectar instrumentalmente que son de magnitud muy baja que siguen ocurriendo en la zona producto de este temblor de magnitud 5.9”, explicó.

“Un temblor de 5.9 o 6.0 es una falla, es un bloque que se mueve con respecto a otro que tiene unas dimensiones del orden de los 15 km por cinco km de ancho y un desplazamiento de poco menos de medio metro “, sostuvo.

Al ser consultado por la posible relación que puede existir entre los temblores que han ocurrido días antes como el que afectó a la zona central de 6.4, el experto lo descartó.

“El temblor cerca de Curicó ocurre a unos 80 km de profundidad y es totalmente distinto a los que ocurrieron hoy en la madrugada, los de hoy en la madrugada ocurren por el contacto entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana. El de Curicó ocurre a 80 km de profundidad al interior de la placa de Nazca, entonces son génesis totalmente distintas, así que no están relacionados el uno con el otro”.

En cuanto a la probabilidad de que venga otro temblor más fuerte o un terremoto, Barrientos señala que es imposible determinar.

Eso nunca lo sabemos, yo creo que en cualquier parte de Chile pueden ocurrir temblores de magnitud 7-7.5 y en cualquier momento , e incluso en la región donde ocurrió el terremoto del 27 de febrero del 2010″.

De todas maneras, estableció que esta posibilidad es mucho menor, ya que para que ocurra un terremoto en la misma zona tendría que “acumular energía suficiente equivalente a aquella que se liberó (…)y para que ello ocurra tiene que transcurrir el orden de unos 100, 150 o 200 años”, aclaró.

Finalmente, ante la incidencia de los cambios de temperaturas con la probabilidad de un terremoto, el director informó que es un mito.

“Yo recuerdo haber hecho un estudio hace mucho tiempo atrás (…) estudiamos los patrones de temperatura y cambio de presión asociados a la ocurrencia de terremotos en algunas regiones y en realidad no encontramos ningún patrón” y agregó que “hay muchos momentos donde han ocurridos temblores sin que hayan esas variaciones de temperaturas”, finalizó.

Escucha a continuación la entrevista realizada por Julio César Rodríguez en el Podría Ser Peor
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