El dueño de “El palacio del rodado” investigó por su cuenta el destino de los productos robados en bodegas de su negocio y logró hallar a personas a cargo de reducir las especies. Sin embargo, pese al riesgo, quedaron libres.

En septiembre fue víctima de dos robos, en el que desvalijaron la bodega de Quint Normal, donde guardaba sus productos: coches, triciclos, autos a batería, etc.

Tras esto, invirtió en mayor seguridad, pero volvió a ser víctima de un nuevo robo, según consigna La Segunda. Sumando los tres robos, tuvo pérdidas por $70 millones, con un total de 2.494 productos robados.

La impotencia aumentó cuando pese a que Carabineros logró detener a algunos de los asaltantes, éstos quedaron en libertad por falta de pruebas.

Ante esto, decidió él mismo investigar el caso, por lo que tras recibir el dato que sus productos estarían siendo vendidos en el persa Bío Bío y a través de Facebok, decidió contactar a las personas e incluso, comprar dos coches.

La vendedora resultó ser una mujer, cuya casa posteriormente fue allanada, tras lo que se encontraron 10 productos más y un arma. Además, entre sus redes de Facebook la policía encontró a algunos de los involucrados en los primeros robos.

El principal cuestionamiento es que la Fiscalía Centro Norte dividió las investigaciones en dos, por lo que acusa negligencia por la descordinación que a su juicio impide dar con la banda detrás de los robos.

“La Fiscalía formalizó a la reducidora, pero no conectó los hechos y la reducidora salió en libertad sólo por receptación”, cuestionó.