Enseñar es su pasión y desde pequeña quiso dedicarse a la docencia. Su nombre es Brigitte Vásquez, tiene 23 años, proviene de la ciudad de Juanjuí en Perú y en 2001 llegó a Chile con su padre para convertirse en lo que es ahora, una profesora.

Este caso pareciera sumarse a los muchos otros donde migrantes buscan oportunidades en estas tierras y que en este caso tuvo un final feliz. Brigitte, tras varias dificultades entró a estudiar Educación General Básica en la Universidad de Santiago (Usach), logró titularse y ser la primera extranjera del plantel en aprobar su examen de grado.

Siempre quise ser profesora, desde la básica, desde chica. Supongo que me atrajo el poder ayudar a otros. Siempre fui buena en la escuela. Mis compañeros me pedían ayuda”, recordó en entrevista con la Usach. De esa forma, explicó, fue que descubrió su vocación.

“Me pareció bonito poder enseñarles a otros. La gente cuando entendía algo se ponía tan feliz”, acotó.

Entre sus anécdotas rememoró que entro en Pedagogía, donde se tituló con mención en Matemática y Comprensión del Medio Natural., luego de un fallido intento por estudiar Historia en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Dos de los pasatiempos en los que ocupa el día son el inglés y el dibujo. Además, hace clases de reforzamiento de matemáticas en un establecimiento de Puente Alto.

Algunos de los problemas que enfrentó Brigitte debido a su calidad de migrante los pasó durante su época escolar en La Florida, comuna donde reside hasta la fecha. “He logrado sobrellevarlas”, dijo.

A su vez, explicó que sin poder alcanzar una beca para sus estudios superiores, debió juntar dinero trabajando como garzona en un restaurante chino.

“Tú tienes la capacidad, inténtalo”

La joven expresó que cuando pudo ingresar a estudiar la carrera, le llamó la atención el ambiente y los compañeros con los que compartía y que tras un impulso anímico de una profesora consiguió la confianza y el carácter para seguir adelante con su proyecto profesional.

“Una profesora me dijo ‘tú tienes la capacidad, inténtalo’, y de apoco me fui convenciendo. Me gustó la calidad de persona de los profesores (…) aquí la gente tiene diferentes perspectivas de las cosas, pero no te las imponen, las conversan, me gusta mucho eso”, comentó.

Brigitte pudo desarrollar su profesión con estudiantes de otros países en Chile, cuando en la Escuela República de México pudo trabajar con alumnos de Perú, Colombia y Venezuela.

“Podía hablar con ellos con más propiedad de algunas cosas. Había una mayor cercanía, porque les decía, ‘yo cuando llegué aquí me pasó lo mismo’, y hablar ciertas cosas que ellos a veces se guardaban. Algo entendible, porque yo llegué más o menos a la misma edad. Entendía ciertas cosas que les pasan”, recordó la profesora.