El pasado 24 de julio fue detenido Christopher Hidalgo, el último integrante del grupo neonazi “Legión 38” acusado de participar en el asesinato de un joven punk en 2014, quien murió luego de recibir cinco puñaladas en la intersección de las calles Pajaritos con 5 de Abril, en la comuna de Maipú.

El sujeto, conocido como “El Bestia”, estuvo 2 años 9 meses prófugo de la justicia y se le acusa de haber sido una de las personas que inmovilizó a la víctima para que fuera atacado con cuchillos, palos y fierros entre ocho personas identificadas con el nacionalsocialismo, crimen que ya tiene a cinco de ellos cumpliendo pena.

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Hidalgo fue encontrado por la Sección de Prófugos de la Dirección de Investigación Criminal de Carabineros en la comuna de El Bosque, mientras acompañaba a su pareja al último control de maternidad de su tercer hijo, instancia en la que le aseguró a los policías que “ni con diez me hubieran pillado en la calle”.

Así lo aseguró el diario La Tercera, quien destacó la importante red de apoyo que armaron sus familiares más cercanos para que no fuera detenido, en donde destaca la labor de filtración que ejercía su pareja para lograr comunicación con Hidalgo.

El acusado se crió en la comuna de Maipú y estudió en el Liceo Politécnico Hannover, lugar donde se graduó de técnico en Electrónica. Además tomó clases de jui-jitsu, arte marcial de origen japonesa, hasta convertirse en cinturón negro de la disciplina.

Según relató al medio el mayor Diego Rojas, después de participar en el crimen el sujeto eliminó sus redes sociales, dejó de utilizar teléfono y todos los rastros que pudieran dar con su paradero. Sin embargo, durante este tiempo no dejó de poner en práctica su odio hacia los inmigrantes.

El fiscal a cargo de la investigación, José Solís, explicó que tras un mes del asesinato, Hidalgo habría participado en otra riña en el centro de Santiago. “En esa oportunidad, en compañía de una mujer, golpeó a tres personas que pensó que eran extranjeros, pero resultaron ser chilenos”, explicó.

Al imputado, en medio de la golpiza, se le cayó un celular que contenía información fundamental para no perderle la pista. Por ejemplo, las policías pudieron encontrar la casa en donde se refugió, ubicada en la comuna de El Bosque, y lugar donde abrió un estudio de tatuajes monitoreado por su pareja.

Para concretar una cita con el tatuador, la mujer funcionaba como filtro analizando las personas que se contactaban a través de Facebook o WhatsApp, puesto que ella decidía quién se reunía con Hidalgo. “Si despertaban alguna sospecha que pudiesen ser efectivos policiales no eran aceptados”, declaró Rojas al medio.

El pasado 3 de octubre Carabineros allanó la vivienda, encontrando fotografías y libros de la ideología nazi, pero no al sujeto. En la instancia, su pareja le gritó a Carabineros que “no voy a entregar al padre de mi hija”, quien habría sido escondido por otros familiares en domicilios aledaños.

“El Bestia”, según explicó el informe de las policías, se habría adentrado en el nazismo luego de que sus hermanas y madre abandonaran a su padre, momento en el que comenzó a cultivar una personalidad narcisista y apatía por sociabilizar, además de su odio por la inmigración y las personas de raza negra.