Luego del masivo y prolongado corte de energía que vivieron varias comunas de la región Metropolitana, surgió el debate sobre invertir recursos en soterrar la red eléctrica como medida para evitar futuras emergencias de este tipo.

Sin embargo, y aunque el proyecto podría mejorar la calidad del servicio, lo cierto es que los costos de implementarlo se escapan de la realidad chilena y fluctúan entre 7 y 10 veces más caro que el actual sistema de tendido eléctrico del país.

Así lo confirmó La Tercera, en donde señalaron que la eventual inversión afectaría directamente a los consumidores y en sus cuentas de luz, puesto que las compañías a cargo no cuentan con los recursos monetarios para financiar dicha implementación.

En Santiago, sólo el 20% del total del cableado está instalado de forma subterránea, similar a países como Portugal o Austria, quienes declaran porcentajes de 16 y 15, respectivamente.

Según un estudio de Edison Electric Institute citado en el medio, instalar la red por cielo tiene un costo cercano a US$ 377 mil por kilómetro (250 millones chilenos, aprox.), pero si fuera bajo tierra esa cifra se eleva a US$ 3,5 millones (2.300 millones chilenos, aprox.).

Hugh Rudnick, director de Systep y académico UC, aseguró al medio que aunque la medida sea viable, la inversión no se justifica en una economía como la chilena. Y recordó, además, que la inestabilidad de la red no pasa solamente por la disposición de los cables.

La directora de Estudios y Regulación de Empresas Eléctricas, Rosa Serrano, agregó que “un análisis del costo se debiera hacer de un análisis de política pública, considerando que los beneficios son múltiples. De todas formas, hay otras alternativas, como enmallar las redes de media y baja tensión”.