Varios casos de maltrato animal han conmocionado al país en el último tiempo, ahora es el caso de Boxerito, un perro que tras casi morir en la calle, cuando encontró un hogar y cariño, fue asesinado producto de dos postonazos por parte de un desconocido.

Me mataron a mi Boxerito, a mi perrito que tuve por tres años, que estuvo conmigo, y era un perro tan lindo, hermoso, cómo cresta pueden hacer esta maldad, he llorado tanto que ya no me quedan ni lágrimas”, relató Ruth, la duela del perro a Biobiochile.

El pasado lunes la dueña del perro mezcla entre bóxer y pitbull, se dirigió con sus otras tres perras a comprarles alimento, comentó que no se demoró más de 30 minutos. Sin embargo, cuando regresó a su casa ubicada en la comuna de Quilicura, vio Boxerito en un raro estado.

“Cuando llegué lo vi jadeando mucho y le pregunto qué le pasa, levanto la vista y veo mi patio y estaba lleno de sangre y lo observo y tenía sangre en su hocico”.

Al ver esta situación, señala que llamó a la veterinaria, la que le comunicó que no podía ir, mientras que a ella le dificultaba llevarlo por la falta de un auto. De todas maneras, en un rato el perro comenzó a mostrar síntomas de estar mejor.

“Lo empecé a revisar, empezó a recuperarse un poquito, estaba medio mariadito para caminar, le di agüita, estuve mucho rato acompañándolo, se metió a su casita y pensé que ya estaba mejor, yo fui a comer, un segundo, y salgo para verlo y estaba tirado en el medio del jardín, muerto”.

Por lo mismo al día siguiente llegó la veterinaria y cuando lo revisó le comunicó que tenía dos postones.

A él le dieron dos postonazos y le llegó a la altura del pulmón y se le reventó y se ahogó, yo nunca pensé que sería algo así, le dieron dos postonazos adentro de mi casa, es horroso”, lamenta.

Ruth recordó la historia de Boxerito, quien era un perro que vagaba por las calles y del cuál se comenzó a encariñar poco a poco.

“Yo he vivido hace bastantes años en Quilicura, entonces salía todos los días a tomar la micro a un paradero en O’ Higgins con la calle Matta y siempre que lo veía le empezaba a hacer cariño, después le empecé a llevar comida, a pesar de que era grande y tenía cara de malo, pero él se fue encariñando conmigo y yo de él y era de lo más manso”.

Cuando comenzaron los días de lluvia, relató que fue el momento en que no pudo soportar verlo en tan mal estado y decidió hacerse cargo de él.

“Como hace tres años por ahí en abril, hacía un frío horroso y yo me decía este perrito es medio “tontito”, porque cuando llovía todos los perros se protegen y él muerto de frío, mojado, me daba una pena, así que a pesar de que vivía en una casa con un patio pequeño en se tiempo y ya tenía tres perritas, el día que lo vi tiritando me dije: no, no lo puedo dejar ahí. Si no yo creo que se habría muerto y no podía permitir eso”.

Ya instalado en su casa, Ruth llevó a la veterinaria, y le dijo que estaba bastante enfermo, pero mediante un tratamiento, se recuperó. De ahí en adelante, su dueña comentó que fue de gran compañía y que a pesar de su tamaño y apariencia era manso, aunque bastante territorial.

“Él era un amor, me amaba, me daba besos me languetiaba yo creo que él sabía que yo lo había sacado de la muerte, yo me sentaba y él me miraba al lado, era un perro bien pegote conmigo, me quería mucho y yo a él, solo era bravo con los perros machos, era muy territorial”, recuerda.

“Me siento horrible, porque aparte que él como era grande estaba en el patio de adelante y me despedía cuando me iba y me recibía cuando llegaba y ahora no está…además esa incertidumbre de no saber quien fue, es terrible”

A tres días de ocurrida la trágica muerte de su perro, cuenta que este jueves irá a hacer una denuncia a la PDI, ya que estaba esperando el certificado de su veterinaria, para que la orienten y poder determinar qué es lo que ocurrió.
Además, expresó que agregada a su profunda pena, ahora vive una situación de constante inseguridad.

“Hoy día tengo que tener el doble de cuidado tengo un patio adelante que tiene pastito, plantitas y que podrían estar perfectamente mis tres perritas porque hay sombrita, pero las tengo que dejar encerradas adentro en el patio chico atrás donde hay cemento, por miedo a que les pase lo mismo, mientras voy trabajar, uno cómo puede vivir así con miedo”.

A pesar de que asegura que no tiene certezas ni indicios de quién fue, la mujer sospecha de un vecino, ya que en una oportunidad tuvo una actitud extra con uno de sus animales.

“Yo dejo a salir a mis perros, pero soy cuidadosa, si salen salgo con una pala y un rato, mientras yo salgo a limpiar olfatean y luego los entro y no salen más. En eso, un día en la noche observo que una de mis perritas va pasando por afuera de la casa de mi vecino y el tipo de la nada le tira agua, entonces eso para mí ya fue un mal indicio”.

De todas maneras, señala que son solo hipótesis, ya que hasta el momento, nadie le ha dado alguna pista de qué fue lo que ocurrió.

Finalmente, aseguró que recurrirá a la justicia, para que esto no quede impune.

“Cuando yo recogí a Boxerito tenía más menos 9 años según la veterinaria, ahora debería tener unos 12. Ya era un perro adulto, nadie quiere recoger a los perros adultos y como lo vi tan enfermo me lo traje y para que un psicópata me lo matara y adentro de mi casa con un proyectil, es terrible”, precisó.

Cedida
Cedida