Luego que la Universidad Alberto Hurtado decidiera expulsar a tres estudiantes y suspender por dos semestres a otros 22 por los daños ocurridos durante las tomas de junio y julio pasado, el rector de la institución Eduardo Silva fue funado en su oficina por un grupo de unas 70 personas, que exigían dejar sin efecto las sanciones.
La autoridad, en entrevista con el vespertino La Segunda, indicó que “estos hechos no me intimidan para nada, a la violencia sólo es posible responder con más derecho y a las agresiones con más institucionalidad. Cada vez que un funcionario sea agredido, se seguirán los conductos establecidos para determinar responsables y sancionar”.
De acuerdo al sumario llevado a cabo por la universidad, las pérdidas por destrozos de vidrios, puertas, sillas, cables, y la desaparición de data shows, computadores y parlantes, fueron avaluadas en unos $10 millones.
Durante la mañana del miércoles pasado, las autoridades de la institución realizaron una serie de reuniones para seguir los pasos a seguir, en donde Silva aseveró que “se aplicarán todos los protocolos y actuarán las instancias que deben actuar en este tipo de situaciones con el fin de mantener y restablecer el derecho en todo”.
Uno de los dirigentes que participó en la funa al rector fue la vicepresidenta de la federación de estudiantes, Fernanda Araya -quien además fue sancionada con un año de suspensión-, quien indicó a la publicación impresa que “nosotros nunca cometimos violencia contra el rector. Nunca se le golpeó, solamente se le increpó. Hay compañeros que le decían cosas porque el rector no quería salir de su oficina”.
