El Servicio de Salud Maule informó que en los hospitales de Talca, Curicó, Linares, Parral y Cauquenes, 54 de los 71 ginecólogos se declararon objetores de conciencia, no entregando el detalle de en cuál de las tres causales son objetores, en el contexto de la Ley 21.030 que regula la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, consignó el Diario El Centro.

En febrero de 2018 se publicó el Protocolo de Objeción de Conciencia del Ministerio de Salud, que indica que un profesional o el equipo que deba intervenir en un quirófano (matrones, enfermeros y arsenaleros) puede abstenerse de hacer abortos.

La ley, que fue publicada en septiembre del año pasado, indica que mediante la voluntad de la mujer, se autoriza la interrupción de su embarazo por un médico cirujano cuando la mujer se encuentre en riesgo vital, de modo que la interrupción del embarazo evite un peligro para su vida; el embrión o feto padezca una patología congénita adquirida o genética, incompatible con la vida extrauterina independiente, en todo caso de carácter letal; y cuando sea resultado de una violación, siempre que no hayan transcurrido más de doce semanas de gestación.

Tratándose de una niña menor de 14 años, la interrupción del embarazo podrá realizarse siempre que no hayan transcurrido más de 14 semanas de gestación.

Dos abortos hasta ahora

El presidente del Colegio Médico del Maule, Juan Enrique Leiva, sostuvo que -independiente de la objeción de conciencia- según las estadísticas del gremio, desde que fue publicada la nueva norma y hasta el miércoles recién pasado, en la región del Maule la mencionada ley ha actuado en dos oportunidades.

Se trató de un caso en el Hospital de Curicó y otro en el Hospital Regional de Talca.

Éste último se llevó a cabo hace dos semanas y bajo total reserva de la paciente y de los involucrados en el procedimiento, tal cual indica la norma y también la Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes.

“Cada hospital tiene que desarrollar la Ley 21.030 en las tres causales. En la causal 1, que significa enfermedad grave de la madre con riesgo de vida y la 2, que significa malformación congénita incompatible con la vida, permiten al equipo médico desarrollar un trabajo con la paciente y también entregar información y poder hacer todos los estudios de tal manera de aclarar el diagnóstico”, explicó.

Agregó que “ninguna de las dos causales implican criterios de urgencia inmediata. Y cuando hay criterios de urgencia inmediata, si uno logra obtener el recién nacido vivo, fantástico, y si uno no lo logra, no lo logra no más, pero ahí uno tiene que actuar en consecuencia al riesgo de vida de la madre en urgencia”.

En la causal 2, el equipo médico debe tener un primer diagnóstico y un segundo que sea confirmatorio. “En esta región, en la causal 2, existen en el Hospital Regional de Talca los especialistas para hacer ese diagnóstico. De tal manera que en esas dos primeras causales, éste centro médico está en condiciones”, añadió el ginecólogo.

En consecuencia, “cualquier otro hospital de la región que tengan duda de diagnóstico por la causal 1 ó 2, se pueden derivar a Talca para confirmar esa patología”.

Tercera causal: por violación

Independiente de la objeción de conciencia, en el aborto por la tercera causal (por violación), está la posibilidad de aplicar la ley “en cualquier hospital de la región”.

“Eso es en la práctica. En el Hospital Regional de Talca, donde yo soy jefe de servicio, la gran mayoría de los médicos son objetores por las tres causales, pero tenemos médicos que no son objetores y, por lo tanto, nosotros ya hemos tenido un caso que lo hemos resuelto nosotros, internamente en el hospital (de Talca) con los médicos que no son objetores”, garantizó Leiva.

Por último, recalcó que si se diera el caso de no tener médicos no objetores en la región, por protocolo, los casos se derivan al Hospital Sótero del Río en Santiago.