Ana Román, esposa de Luis Sergio Cáceres Gómez, de 56 años y empresario contratista, exigió ayer a la justicia que se aclare la muerte de su cónyuge ocurrida el 3 de marzo pasado, mientras permanecía internado en la Clínica Lircay en Talca, cuya primera causa probable sería un aparente paro cardiaco.

“Queremos saber realmente de qué falleció mi esposo. Él veía una doctora, pero lo que tenía no era para morir. En la clínica lo atendieron muy mal e incluso me mandaron la cuenta para pagar. Si fue negligencia, vamos a hacer todo lo posible, porque los doctores que lo atendieron y la clínica tienen que responder”, manifestó la viuda.

El abogado, José Joaquín Lagos, quien asesora legalmente a la familia en una querella presentada ayer en el Juzgado de Familia de Talca, anunció que están solicitando a la Fiscalía de Talca que despache una orden de investigar a la PDI, así como incautar la ficha clínica de la víctima e instruir peritajes médicos.

Pésima atención

El abogado Lagos subrayó que “el esposo de mi clienta entró de pie a la clínica y, transcurridos dos días, falleció sin haber recibido la atención que correspondía. Esperamos que la querella sea declarada admisible y que se designe a un fiscal para llevar adelante la investigación. Allí insistiremos con nuevas diligencias”.

“Finalmente un médico de emergencia le dio un calmante, porque nunca se presentó el médico tratante. En la madrugada del 3 de marzo, el hijo de mi representada fue a ver a su padre, y es él quien se da cuenta que la víctima falleció, sin que las enfermeras lo hayan detectado. Nadie ha dado explicaciones de ningún tipo”, dijo.

Por su parte, el hijo de la víctima, Luis Cáceres, sostuvo que “mi papá llamó a mi mamá horas antes de que lo encontrara fallecido, diciendo que tenía mucho dolor y que nadie lo atendía. Mi papá estaba desesperado. Hacía gestos de mucho dolor y decía que veía borroso. El día en que entré a la clínica, la enfermera estaba durmiendo”.