A pocas horas de dejar el cargo, el alcalde, Juan Castro, hace un repaso de los ocho años al mando del municipio de Talca, el mismo que en el último tiempo ha tenido demasiada acción ante la justicia por escándalos reñidos con la probidad.

La renuncia al cargo tiene una explicación que hace tiempo era un secreto a voces, aunque ni siquiera tan secreto: Castro va por un cupo senatorial que se disputará en las elecciones del año 2017 y, para ello, debió cerrar el ciclo municipal, no exento de polémicas.

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En conversación con el programa “Políticamente” de TVCentro, la máxima autoridad comunal entregó un balance de su gestión, pero también se refirió a su situación judicial.

En lo estrictamente relacionado con su labor al mando de la municipalidad talquina, Castro señaló que “se ha trabajado con mucho respeto hacia la gente, con transparencia y honestidad. Me siento muy tranquilo y agradecido del equipo humano que me ha llevado a trabajar por el bien de la ciudad”.

Lo bueno y lo malo

Consultado por el caso de tener que elegir para destacar un aspecto positivo y uno negativo de su gestión, el alcalde talquino manifestó que “el punto a favor es todo lo que hemos avanzado como ciudad. Tuvimos un terremoto de por medio, pero son muchas las obras que se han hecho como administración comunal”.

Respecto a lo negativo, dijo que “es lo que uno no alcanza a hacer. Una de mis ideas era desarrollar un edificio consistorial y no pudimos hacerlo; el terminal de buses está en licitación y lo más probable es que se declare desierta esa licitación, teniendo que volver a llamar a licitación porque hubo dos ofertas que no tuvieron todos los antecedentes que se necesitan para poder adjudicar; la macroferia también hay que preocuparse de ella y estamos en una etapa de conversaciones pero no hemos podido avanzar más”.

Líos judiciales

Es innegable que el segundo periodo estuvo marcado por los problemas en tribunales. Primero, con concejales formalizados y condenados; y ahora, con una formalización que lo mantiene acusado de negociación incompatible y que además involucra al alcalde electo Juan Carlos Díaz.

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¿Sigue manteniendo ese concepto que emitió en tribunales tras la primera audiencia, que esto era “una experiencia más”?

“En el tema de los concejales, yo vi un video donde se involucraba a un concejal y tomamos la decisión en el mismo día de hacer la denuncia para que se investigue, destituyéndose a dos concejales. Lo segundo, cuando empezamos el tema personal mío, aparece mi nombre como posible candidato a senador, todo lo que yo hacía era malo. Empezaron una persecución hacia mi persona. Los antecedentes están hace dos años en manos de la fiscalía (…) Lo único que pedían era que Juan Carlos Díaz no fuera candidato a alcalde si es que era formalizado. Logramos conversar con los dirigentes de RN y logramos que Díaz fuera candidato a pesar de estar formalizado porque sabemos que no hay nada de peso. Al día siguiente que se oficializa a Juan Carlos, me toman a mí, con los mismos antecedentes de hace dos años”.

De todas maneras, usted mismo dice que son antecedentes que están, independiente el tiempo, desde hace dos años o dos meses. ¿Por qué dice que no tienen peso?

“Porque se pueden inventar muchas cosas y formalizar con hartas imprecisiones pero quien resuelve si eso está bien o está mal son los tribunales de justicia y no el fiscal. Para mí, no cabe duda que el fiscal está presionado para cumplir con la obligación de formalizar”.

¿Presionado por quién?

“Sé que hay personas que están detrás de esto, que son de Santiago, viven allá y quieren venir a ser representantes de esta región. Es el juez quien debe determinar si esto tiene peso o no. Yo pude haber cometido una falta y lo reconozco, que fue para el terremoto donde mi empresa le facilita una bodega a la empresa de servicio de barrido porque se le había caído. A los tres meses la administradora les pide que paguen un arriendo y yo te prometo que no lo sabía. Estuvo eso hasta que en el Concejo Municipal me informan y le pedí a la administradora que quite esta bodega y se las pida. Esta empresa estuvo cerca de un año en una bodega de mi propiedad pagando un valor de 500 mil pesos mensuales”.

Caso CTS

Igualmente usted reconoce que hubo una falta. Independiente de esa relación con CTS. ¿No ha habido vinculación en términos privados con alguna otra empresa que haya llegado a prestar servicios municipales?

“Mira, yo soy un empresario que tiene varios giros económicos, tengo una empresa constructora, de transportes, de movimiento de tierra, agrícola y la barraca de fierro. Como alcalde, no tengo prohibición de que una de esas empresas le venda servicios a cualquier chileno que quiera comprar en mi empresa”.

¿Incluso alguna que le presta servicio a la municipalidad?

“No tengo ninguna prohibición. La única que tengo como alcalde es arrendarle a la municipalidad y venderle productos a la municipalidad, y también darle trabajo a mi familia directa. Es la única prohibición que tengo”.

Es decir, es posible que, dentro de los giros que usted tiene, haya una empresa que tenga relación con alguna otra que le presta servicios a la municipalidad.

“A mí no me cabe ninguna duda y soy muy transparente en decirlo que mi empresa Barraca de Fierros Castro, que es la empresa más grande que tengo, le vende fierros a cualquier empresa que le presta servicios a la municipalidad, a algún contratista. Y si ha ido a comprar materiales a esa empresa, yo no tengo ninguna prohibición”.

De todas maneras alcalde, ¿no cree que se ve raro ese recorrido que hace una transacción?

“Se puede ver raro, pero la ley dice que no le puedo vender a la municipalidad ni arrendar a la municipalidad (…) Lo que sí tengo claro y la gente tiene que tener la tranquilidad es que ninguna de mis empresas le ha vendido servicios a la municipalidad”.