“Nos dimos cuenta que quedamos como en una burbuja, como realmente en el ojo del huracán, todo alrededor estaba destruido“. Con esas palabras el médico Francisco Pacheco relata la experiencia que vivió el pasado sábado 21 de abril, cuando él y su equipo de facultativos debió continuar una intervención quirúrgica al interior del Sanatorio Alemán, pese a la violenta explosión que afectó sus dependencias.

Esa mañana, el especialista en cirugía digestiva tenía agendada una larga operación de una paciente, que incluía seccionar el intestino grueso y estómago, para luego volver unirlos.

El procedimiento iba como previsto y ya se habían realizado los cortes en el aparato digestivo cuando se desencadenó la explosión.

“Habíamos llegado a un punto en que la cirugía ya no tenía vuelta atrás”, detalla Pacheco; añadiendo que “la onda expansiva nos movió a todos de nuestro lugar, levantó la mesa quirúrgica. Equipos de más de 100 kilos fueron levantados como si fueran plumas. Se sintió con una fuerza enorme”.

Y agrega: “Después de ese impacto inicial hubo caos, pero logramos precozmente tener información necesaria”.

En efecto, a los pocos minutos el equipo médico logró contactarse con personal de Carabineros y Bomberos, quienes le aseguraron que contarían con los insumos necesarios para continuar con el procedimiento.

En tanto, en las afueras de la clínica el intendente del Bío Bío, durante el primer balance tras la tragedia, informaba: “No podemos cortar todavía la energía (eléctrica) porque hay una operación de por medio”.

“No la vamos a cortar hasta que el médico lo indique”, dijo la máxima autoridad comunal en terreno.

Intendente Jorge Ulloa durante la emergencia | Agencia UNO
Intendente Jorge Ulloa durante la emergencia | Agencia UNO

Resistencia

Pese a la violenta explosión -que dejó daños en el 70% del Sanatorio Alemán y tres personas muertas– la estructura del pabellón resistió.

Según explica Pacheco, las paredes y puertas de la unidad estaban reforzadas, puesto que antiguamente allí se ubicaba un resonador magnético. Sólo una pequeña ventana les permitió ver brevemente lo que ocurrió en el exterior.

“Estuvimos a 40, 50 metros del foco de la explosión”, comenta.

Asimismo, el especialista indica que la confianza y amistad entre su equipo médico les permitió continuar con la operación, asegurando que “ni siquiera fue tema abandonar la cirugía (…) El compromiso era con nuestro paciente, el compromiso era con nuestro equipo”.

Daños en Sanatorio Alemán | Agencia UNO
Archivo | Agencia UNO

“(Cuando salimos) nos dimos cuenta que quedamos como en una burbuja, como realmente en el ojo del huracán, todo alrededor estaba destruido (…) Es una cosa que uno no piensa, después con (el paso de) la hora y (una vez) que decanta el tiempo, se da cuenta donde uno estuvo”, sentencia.

Según se informó, la paciente intervenida fue dada de alta durante los últimos días y la operación concluyó con éxito.