El Observatorio del Trabajo de la Universidad del Bío Bío publicó un análisis de sobre las brechas salariales entre mujeres y hombres en la región, concluyendo, entre otras cosas, que estas existen en todos los niveles educacionales y que incluso tienden a aumentar cuando se comparan aquellos con más años de estudios.

Este trabajo, firmado por el académico César Salazar, se basó en levantamientos estadísticos realizados en la zona por otras instituciones y cuenta con un cruce datos entre estas diferentes bases de datos.

Las mujeres representan el 41% de la fuerza laboral de la región y los hombres el 59%.

En el estudio se menciona que un 29% de las mujeres posee educación técnica o universitaria completa, mientras que sólo el 19,1% de los hombres posee igual formación.

Sin embargo las primeras reciben un ingreso 16,3% inferior en promedio, brecha que existe en los distintos niveles educacionales aunque con diferente magnitud.

Así, entre aquellos con educación profesional completa las mujeres ganan un 28% menos que los hombres, mientras que entre los ocupados que no alcanzan a completar educación básica la brecha es de 9,4%.

“Es decir, la brecha salarial entre hombres y mujeres se amplía en ocupaciones que implican mayor grado de complejidad e intelectualidad, indicando que el retorno marginal de las mujeres de estudiar es relativamente inferior al de los hombres”, explica el estudio.

El documento señala que también las situación se mantiene en los distintos sectores productivos. En cuanto a los oficiales, operarios y artesanos de artes mecánicas, por ejemplo, el salario de los hombres es un 134% superior al de las mujeres.

Así, en la industria manufacturera el pago a las mujeres es en promedio de 265 mil pesos, mientras que a los hombres es de 501 mil pesos.

Las áreas productivas de manufactura y servicios personales, que absorben a los profesionales que estudiaron Ingeniería y Ciencias Sociales y que se supone que estarían mejor remunerados, cuentan con una brecha mayor al promedio.

En cuanto al sector público, se sugiere que en este las diferencias son menores, pero, al igual que los otros, en este las mujeres poseen una menor proporción de contratos indefinidos.

El documento concluye que existe discriminación laboral salarial por género y que esto no puede ser solucionado simplemente con la mayor formación de las mujeres.

“(La brecha salarial puede ser resuelta) con políticas activas que flexibilicen el trabajo y que reduzcan los costos de cuidado de dependientes, y al mismo tiempo promuevan una igualdad de roles en el hogar”, asegura el documento.

Por último se sugiere legislar contra la discriminación y para evitar los abusos en esta área.