Fue recién reconstruida tras los incendios forestales de 2017, pero no podrá recibir alumnos, pues no cumple los requisitos de habitabilidad establecidos por el Ministerio de Educación. Con ese párrafo se puede graficar lo que ocurre con la escuela Crucero G 635, de la localidad de Huaro perteneciente a Florida, que debió ser levantada de cero tras ser arrasada por los siniestros que afectaron a la zona.

Antes de la emergencia, el establecimiento contaba con seis alumnos y varias generaciones de floridanos pasaron por sus aulas, por lo que la idea de la reconstrucción del establecimiento fue inmediata.

Tras varios ofrecimientos, el municipio aceptó los seis millones de pesos aportados por la empresa Frontel, y financió lo restante para completar 24 millones de pesos que permitieron levantar una escuela provisoria en el lugar que buscaba albergar al único alumno que este 2018 seguía estudios en el lugar.

El alcalde Jorge Roa explicó que la construcción siempre fue pensada como un establecimiento provisorio, de emergencia, y que si bien recibieron las especificaciones técnicas del Ministerio de Educación, pensaban que el lugar sería aprobado como uno donde hacer clases de manera temporal, lo que no fue así al no cumplir con las exigencias de materialidad, superficie y habitabilidad.

Ante la situación desfavorable, el jefe comunal dijo que acatan lo resuelto por el Mineduc, y que lo que hoy corresponde es ponerse a trabajar en el proyecto de una escuela definitiva.

El único alumno actualmente matriculado en el establecimiento será transportado gratuitamente por el municipio cada día hasta la escuela de Rahuil, donde cursará su año escolar, una solución que ya fue comunicada por el municipio al seremi de Educación, Sergio Camus, quien detalló que el escolar contará con beneficios de alimentación.

La destruida escuela de Huaro fue una de los cuatro recintos educativos rurales de la región del Bío Bío que sufrieron pérdida total a causa de los siniestros del verano del 2017. Incluso, fue visitada en sus ruinas por la ministra de Educación, Adriana Delpiano, preocupada entonces por el destino de los menores.

Se desconoce por ahora el futuro que tendrá la edificación de madera levantada en el lugar donde estaba la escuela y que no podrá ser utilizada con esa finalidad.