Con la llegada de la época estival son miles las personas que llegan a las playas en busca de combatir las altas temperaturas, y la región del Bío Bío no escapa a la regla.

Eso sí, los veraneantes encuentran en las costas del Bío Bío bajas temperaturas que imperan en sus aguas, sin importar la estación.

Marcelo Pavez, biólogo marino perteneciente al Centro Regional de Estudios Ambientales (CREA) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, precisó a BioBioChile que “dentro de las playas que existen para turismo en el verano, son de las más frías”.

Siguiendo en esa línea, Pavez apuntó que “en términos turísticos estamos un poco liquidados, porque el agua es al menos cinco grados más baja de lo que debería ser”, promediando los 12ºC.

En efecto, si se comparan las temperaturas máximas de las aguas durante este martes en otras playas del país, se pueden notar diferencias de hasta cinco grados.

Un ejemplo de esto, es lo ocurrido en Iquique, donde los termómetros en el mar fluctúan entre los 18 y 24 grados, muy diferentes a las registradas en Dichato en esta jornada, donde la temperatura varió entre los 12 y 18 grados, según el sitio Sea Temperature.

Equipo redes BBCL
Equipo redes BBCL

Surgencia costera

Respecto a las razones que generan las bajas temperaturas, el biólogo marino sostuvo que se debe a lo que se conoce como surgencia costera, proceso que ocurre -regularmente de manera anual- durante los meses que comprenden tanto primavera como verano.

“Es un proceso físico, donde aguas del fondo (del mar) emergen hacia la superficie”, acotó Marcelo Pavez, añadiendo que esto se debe al “efecto de los sistemas de vientos que tenemos y por la rotación de la tierra”.

Asimismo, la surgencia costera provoca que baje la temperatura y la concentración de oxígeno, permitiendo -de paso- que aumenten la cantidad de nutrientes en el agua, lo de acuerdo a Pavez le da “la característica de ser una de las más productivas (para la pesca) en el planeta”, precisó Pavez.

Con estos antecedentes, las costas del Bío Bío no pueden presumir una “agradable temperatura”, pero sí podrán seguir ostentando su belleza natural, equipamiento, hotelería y gastronomía.