Una centena de inmigrantes haitianos buscan un nuevo comienzo en Barrio Norte de Concepción. Las principales dificultades son el idioma, un frío que les es desconocido y encontrar un trabajo estable que les permita vivir con dignidad.

A pesar de ser una mínima parte de los haitianos que llegan todos los días a nuestro país, su historia inspira optimismo y se aleja de las típicas narrativas de discriminación e indiferencia. “El Little Haití de Barrio Norte”, tituló Revista Nos el reportaje que relata como gracias a la ayuda de la comunidad estos inmigrantes han podido ir ganándose un espacio en Concepción.

Carmen González, dirigente vecinal, Annette Gómez, profesora y estudiante de cuarto año de derecho y Elena Burgos, enfermera del Cesfam Tucapel son algunas de las personas que han ayudado a estos haitianos con clases de español y con la búsqueda de trabajos y viviendas.

Luego de conocerlos en la iglesia Alianza Cristiana y Misionera, en Barrio Norte, se dieron cuenta que muchos de sus nuevos vecinos haitianos tenían problemas de comunicación, por lo que decidieron comenzar un curso para ellos en las dependencias del Cesfam, todos los sábados de 17:00 a 20:00 horas.

haitianos-en-ccp-10
Ernest, su esposa Milane y su pequeña hijita Schnaida | Imagen de Revista Nos

“Necesitaban ayuda con el idioma, pero también con muchas otras cosas. No tenían muebles, ni utensilios, ni ropa abrigadora; de hecho, no tenían casi nada. Estaban pasando hambre, durmiendo en el suelo, viviendo en forma muy precaria. Es que ellos llegan aquí con mucho sueños, pero sólo con una maleta y, evidentemente, allí no caben muchas cosas”, contó Carmen González, una de las “mamás chilenas” de estos extranjeros, como ellos mismo le han puesto de cariño.

A la primera clase llegaron 10 alumnos y hoy son más de 35 los que aprenden gracias a material descargado de internet, a útiles escolares regalados y a la voluntad de estas mujeres y otros feligreses y vecinos de Barrio Norte. Todos comparten un grupo de WhatsApp, donde reciben tareas y obtienen respuesta a dudas idiomáticas puntuales.

Ahora muchos de estos haitianos pueden enfrentar una entrevista de trabajo o llenar una solicitud de una mejor manera.

Cada vez más conectados, los vecinos visitaron las residencias y piezas donde mucho de estos haitianos vivían y en muchos casos comprobaron que estaban siendo estafados, pagando altas sumas por pésimas condiciones de vida.

“Les cobraban precios ridículos por piezas muy malas, insalubres, húmedas, que se llovían. Eran inhabitables, y aún así se las arrendaban por altos precios. Nos dio pena, y mucha rabia”, dijo Carmen.

Así la ayuda se diversificó y a muchos lograron encontrarles mejores lugares donde vivir. También los empezaron a acompañar a sus trámites, donde en ocasiones no lograban darse a entender de la manera que querían o los han ayudado a inscribirse en el Cesfam para que tengan atención médica o en escuelas para educar a sus hijos o convalidar estudios. A algunos, incluso, han podido ayudarlos a regularizar legalmente su estadía en Chile.

Ya son cientos los haitianos que han llegado a Concepción y según la PDI sus arribos se han sextuplicado durante este año. Por lo menos en Barrio Norte, gracias la acción desinteresada de estas mujeres y su comunidad, son bien recibidos. Fundación Unibi, Unión de Inmigrantes Bío Bío, es el nombre que se han puesto como organismo. ¿Su sueño? tener una casa de acogida donde recibir inmigrantes en la zona, dándoles tiempo y ayuda para encontrar trabajo y regularizar sus papeles, para luego enfrentarse a Concepción como un penquista más.

Ismael, Emmanuel, Stanley, Ronald y Claude | Imagen de Revista Nos
Ismael, Emmanuel, Stanley, Ronald y Claude | Imagen de Revista Nos