Preocupación genera en la comuna de Santa Juana la mortandad de peces en la turística laguna Rayenantú, por lo que personal especializado y varias instituciones toman muestra de agua para esclarecer los hechos y descartar un peligro para otras especies y para el ser humano.
Son decenas de estos animales, de distintos colores y tamaños, los que aparecen flotando en el turístico cuerpo de agua que recibe a muchas personas para bañarse o realizar actividades deportivas y que se constituye como un patrimonio natural a los pies del fuerte histórico.
Los primeros en alertar la situación fueron los lugareños, que con tristeza advirtieron que cada día que pasa, más peces se suman a la mortandad.
Incluso el alcalde de Santa Juana, Ángel Castro, manifestó preocupado que jamás había visto algo así en el lugar.
En este aspecto se espera la llegada de un equipo especializado del Centro de Estudios Ambientales de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) que determine las condiciones ambientales y biológicas de la laguna.
A lo anterior se suma la muestra de agua que ya registró una empresa privada para aplicar la norma 1.333, relacionada con el daño que pudiera significar para el ser humano.
Héctor Silva, del Laboratorio Aqualaq, aseguró que ello se podría dar por la revisión de distintos parámetros, como el aumento de temperatura, el PH o la presencia de grasa.
No obstante, en otras lagunas de la zona también se registraron situaciones similares, donde las descargas ilegales producen el florecimiento desmesurado de algas que reducen el oxígeno necesario en las aguas.
En ese caso, desde el municipio insisten desde el municipio que hace una década se subsanó el vertimiento de aguas servidas al lugar y todas las viviendas quedaron conectadas al alcantarillado, aunque de todas formas se va a revisar todo.
Por mientras, las autoridades prohibieron el ingreso de personas a la laguna hasta no contar con los resultados de los análisis, por lo cual el jefe comunal llamó a evitar el contacto con el agua.
Aunque todavía hay sobrevivientes entre las personas que allí conviven, como el pez mosquito o “gambusia affinis”, el cichlasoma facetum o “chanchito”, la carpa común y la pocha.
Pero la imagen de los peces nadando junto a otros que comienzan a entrar en un estado de descomposición hace necesaria una acción rápida y un análisis urgente.
Mientras, otros organismos han consultado la posibilidad de apoyar con estudios que ayuden a despejar la misteriosa muerte de los peces.
