Desde hace tiempo el río Bío Bío presenta una cara distinta con una evidente disminución del cauce, que desciende a pasos agigantados, con una vegetación que incluso se vuelve más espesa, árboles de considerable tamaño y un caudal que pareciera menos vigoroso.

Al consultar los números, estos dan la razón ya que desde el seco verano de 1998, esta temporada es la más pobre del caudal.

La medición diciembre 2015-febrero 2016 dió como promedio 298 metros cúbicos por segundo. Aunque el promedio, si consideramos los mismos tres meses históricos desde 1970 al 2014, es de 428 m3/s. En relación a este año sólo se han registrado 195 m3/s.

Pero cabe preguntarse a qué se debe esta situación, y la respuesta puede estar en que las precipitaciones han sido bajas, pero también extrañas. El déficit es de 52,7% respecto a un año normal, y si bien hubo eventos, fueron de mucha intensidad en poco tiempo. Así lo explicó el Director General de Aguas de la zona, César Saavedra.

También, esto tiene un efecto asociado a la temperatura, la cual influye en la acumulación de nieve, fundamental para el caudal del río, señaló Alejandra Stehr, directora del Centro Eula de la UNiversidad de Concepción (UdeC).

Sin embargo desde la DGA, Saavedra es enfático en que se trata de una situación dinámica, de hecho el sedimento que se advierte proviene principalmente del Río Laja y son lechos móviles, no roca.

La situación no es privativa tampoco del Bío Bío, otros ríos como el Ñuble presentan 14 metros cúbicos versus los 21 del año pasado y el Chillán -que venía con caudal de 5 metros cúbicos- hoy llega a 3.

Por otra parte, el Diguillín, que en 2016 presentó niveles de 3,6 metros cúbicos por segundo hoy da cuenta de sólo 1,5. O sea, todos prácticamente a la mitad.

Para este año se anunció la llegada de El Niño, lo que provocaría lluvias muy intensas, aunque los propios expertos reconocen que el pronóstico del tiempo es cada vez más incierto.

El Bio Bio tiene una importancia fundamental en la actividad económica de la región: energía, industrial, sanitarias y petroquímica tienen parte de sus procesos asociados a su cauce. Por ello, para la experta de Eula, hay una cuestión de ecosistema que hay que monitorear.

Respecto a intervenciones, en el sector alto está la actividad hidroeléctrica, y en el intermedio el riego, ambas sin mayores inconvenientes, destacó. Tampoco está en discusión el abastecimiento para producción de agua potable en el Gran Concepción.

Y así como el Centro Eula tiene un monitoreo permanente en temas como el caudal y su calidad, desde la Dirección General de Aguas apuntan a que hay 26 procesos abiertos de fiscalización, ya sea con aplicación de multa -que son apelables- modificaciones de proyecto otros, archivadas, pendientes, pero en general en trámite.

Bío Bío transitable

El actual aspecto hizo que personas se aventuren en el terreno ganado al cauce, o aventurándose en los islotes, lo que representa un peligro inminente.

De hecho, la propia directora de Eula, lo sufrió durante una inspección, al no tratarse siempre de tierra firme.

De ahí que la recomendación de la DGA es a no hacer este tipo de excursiones que podrían aumentar aún más los riesgos experimentados por los visitantes a los concurridos sectores de la ribera del cauce.

Aparte de la condición cíclica de los niveles del Bío Bío, hay una variaciones indudables que científicos locales ya están considerando en los modelos hidrológicos que se realizan en otras cuencas, en un horizonte al 2050, y que ya presentan un fenómeno importante de disminución de caudales.

Por todo lo anterior cabe preguntarse si se puede seguir hablando del Bío Bío navegable o en un futuro cercano habrá que referirse a uno transitable.