A raíz de los últimos casos conocidos a nivel nacional, despertó nuevamente la discusión acerca de los bajos índices de donación de órganos para trasplantes, ya que si bien por ley todas las personas son donantes, salvo manifiesta oposición, las cifras aún son bajas.

La desinformación parece ser el principal problema asociado a las bajas cifras de donación, que arrojan que por cada un millón de chilenos, sólo 7 son donantes. Y es que si bien la ley establece que todos somos donantes salvo oposición expresa, es la familia la que finalmente tiene la última palabra.

Las estadísticas muestran que un 53% de los familiares se oponen a la hora de decidir, pese a que en vida la persona haya manifestado su intención de ser donante.

Para la doctora Ana María Arriagada, presidenta de la Corporación de Fomento del Trasplante, son muchas las variables que explican los bajos índices. Desconfianza, desinformación, pero también deficiencias en la institucionalidad. En ese sentido, recalcó que la creación de la Coordinadora Nacional de Procuramiento y Trasplantes del Ministerio de Salud es una avance, pero hay falencias claves asociadas a la educación y difusión.

A su juicio, se debe “por transparencia, una publicación de los datos al día, porque cuesta mucho encontrar información de donantes y trasplantes, no está actualizada y sé que el ministerio tiene información para compartir”, señaló, abogando por una mesa de trabajo con el Mineduc, para que el tema se trate en textos escolares.

Arriagada agregó que no todas las personas pueden donar sus órganos. En Chile, sólo quienes fallecen por muerte cerebral cumplen con el requisito y además explicó que es más probable pasar a ser una persona que requiera de un órgano a que alguien se convierta en donante.

Renato Parra, de Talcahuano, murió a la espera de un pulmón. La suerte fue distinta para Ricardo Sandoval, de Penco, que hoy se recupera luego de recibir un nuevo corazón.

Alonso Isla, de la Agrupación de Trasplantados, recibió un riñón hace 15 años y conoce de cerca la problemática, coincidiendo en que los principales problemas son la desinformación y los mitos. “Falta más educación en los colegios”, dijo, acusando mala información del tema y que se malinterpretan las cosas.

Respecto de otros mitos, como que las listas de espera son alterables de acuerdo a la situación económica de los pacientes, hay fundamentos para derribarlos. De hecho, las cifras tienen la misma distribución de acuerdo a las previsiones, y la mayoría de los trasplantes son para pacientes Fonasa.

Cerca de 1.800 personas esperan actualmente un órgano en nuestro país. La decisión es voluntaria y el proceso gratuito, por eso destacan resulta clave conversar en familia, informarse, y tomar decisiones que luego sean respetadas, considerando incluso aristas más espirituales, como que el mejor legado de un pariente fallecido, es dejar vida en otras personas.