El Ministerio de Transportes mantiene una millonaria deuda con los servicios a las islas Mocha y Santa María, en la región del Bío Bío, por lo que los afectados solicitan que la administración de estos recursos se haga desde la zona y no en Santiago, puesto que creen en la capital no hay urgencia por la situación.

En el caso de la Santa María de Coronel, la motonave de pasajeros con capacidad de 125 personas y la barcaza que permite el tránsito de vehículos y víveres, no reciben el subsidio desde enero, adeudándose más de 250 millones de pesos.

El presidente de la Corporación de Desarrollo Insular y Costero del Bío Bío y también Gerente de la Naviera, Carlos Ospital calificó la situación como “impresentable”, porque está sosteniendo el sueldo de sus trabajadores, el pago por rampas y puentes, y además, invirtiendo en mejoramiento del servicio con la adquisición del que será el catamarán más rápido de Chile, que ofrecerá el viaje entre el continente y la isla en sólo una hora.

Aunque podrían presionar paralizando sus funciones, lo desecharon, porque generarían un problema grave a la gente, pero así también, sentenció Ospital, esperan que el Ministerio cumpla. “Si uno asume un compromiso como privado, con un cliente, en esta caso el Estado, deben cumplir ambas partes. Nosotros hemos cumplido a cabalidad”, expresó.

El alcalde de Coronel, Leonidas Romero señaló que “hay un descuido del Gobierno central de no enviar los recursos que ellos han comprometidos. Espero que esto se resuelva antes que los isleños vengan al continente a protestar y este alcalde tenga que acompañarlos”.

El gerente de la empresa Heliworks, Daniel Arispe, que realiza el trayecto entre Tirúa y la Isla Mocha en avión y a quien se le deben casi 90 millones de pesos desde marzo a la fecha, ve un problema de centralismo enquistado.

El propio Estado le solicitó extender la entrega del servicio, a pesar de no haberle entregado la concesión, porque la nueva empresa no tiene condiciones para entrar en operación por las características técnicas de la aeronave.

Todo este sinsentido que le ha significado sostener, sin subsidio, el combustible que le cobra Petrobras mensualmente, el salario del piloto y el pago de imposiciones.

“Para nosotros es un problema, y esto es una mala gestión de Santiago”, dijo Arispe, criticando “que todos los recursos sean manejados desde Santiago, donde hay personas que ni siquiera les interesa ni saben dónde está la Isla Mocha ni lo que nosotros hacemos. Para ellos no tiene ninguna urgencia”.

El seremi de Transportes, César Arriagada, confirmó la deuda y lamentó la demora, dejando en claro que corresponde su cancelación a la División de Subsidios, que está en Santiago.

Se subsanarán estos problemas, a más tardar la próxima semana, agregó la autoridad, pero la solución definitiva es que, de una vez por todas, el sistema se administre en la región. “Lo que buscamos es que estos recursos sean administrados a nivel local”, detalló.

En el caso de la Isla Santa María, explicó Arriagada, la deuda responde a tres meses impagos de un contrato, y otros tres meses por una nueva adjudicación; mientras que en el caso de la Isla Mocha, el retraso se debió a la revisión de informes entregados por el prestador.

Existe conciencia en que se trata de una situación que no corresponde, con las excusas de Transportes para la comunidad y para quienes hacen de esto un negocio, pero que creen no por eso debieran llegar al límite de exigir lo que les corresponde por contrato.