Hace poco más de una década Alto Bío Bío se constituyó como territorio independiente, al separarse de la comuna de Santa Bárbara.

Sin embargo la lucha en tierra pehuenche comenzó mucho antes y está centrada hacía el cajón del Queuco por reivindicaciones territoriales y por el Bío Bío en torno a la protección de los recursos naturales.

En la década del noventa comenzaron a surgir tímidas manifestaciones en contra de la central Pangue, movimiento opositor que tomó fuerza con la edificación de Ralco.

Las hermanas Quintremán junto a organizaciones ambientalistas lideraron el movimiento, que las llevó incluso a interrumpir el paso de maquinaria hacia la alta cordillera.

De hecho, la única condena concreta por atentado incendiario corresponde a esa época, en que Víctor Ancalaf fue sentenciado a 10 años de cárcel tras quemar maquinaria, sin embargo tras negociaciones, terminó de pagar en el extranjero.

La explotación de los recursos

A más de una década de aquello la lucha no es distinta, ya que si bien no existen en carpeta grandes proyectos energéticos se construyen algunas mini centrales, pese a que la mayoría de los habitantes no está de acuerdo con la explotación de los recursos naturales de la alta cordillera.

Así lo señaló el werkén de los relocalizados de Malla Malla, Pedro Suárez, quien abogó por el derecho de las comunidades a defender su tierra.

En torno a las reivindicaciones territoriales, tras la primera ocupación del Fundo Queuco en el año 98, hoy la situación no es distinta, ya que aunque han habido avances en las negociaciones no se ha concretado la compra del predio de gran extensión que reclaman como propio las comunidades de Cauñicú y Malla Malla.

Más reciente es la lucha por el Fundo Los Chenques que fue tomado por 12 familias en marzo y cuyas negociaciones están estancadas.

La resistencia continúa

En lo que va del año se han registrado tres atentados incendiarios entre Santa Bárbara y Alto Bío Bío. Los dos últimos se los adjudicó la Coordinadora Arauco Malleco y según indicaron en su momento a través de un comunicado “todas las acciones realizadas en la zona del Alto Bío Bío, territorio ancestral pehuenche”, están dirigidas contra las centrales hidroeléctricas de Angostura, propiedad del grupo Colbún y de la central Pitrilón.

En relación a la existencia de armamento de grueso calibre en la alta cordillera, el jefe regional de la PDI en Bío Bío, el Prefecto Inspector Christián Alfaro, aseguró que cuentan con investigaciones en curso, que apuntan a sacar de circulación dichos elementos.

Consultado sobre el reguardo que ejerce Carabineros en la comuna de Alto Bío Bío el Prefecto, Hugo Zenteno, detalló a Radio Bío Bío que existen de 4 a 5 medidas de protección que se van ejecutando según los requerimientos de fiscalía.

De ellas, una es permanente para el Fundo Queuco y otra de rondas periódicas para el Fundo Los Chenques.

En torno al reportaje emitido por Informe Especial que mostró a un Órgano de Resistencia Territorial de la CAM en la zona pehuenche, el coronel Zenteno dijo no contar con antecedentes sobre la existencia de dicha entidad y puso en tela de juicio la locación del reportaje.

El senador de la UDI, Víctor Pérez, también reaccionó a las imágenes exhibidas por el canal estatal y llamó al gobierno a agotar los medios para conocer la ubicación de estos grupos violentistas organizados, ya que dijo hay que desarticularlos.

Para Héctor Llaitul, quien conversó en exclusiva con Radio Bío Bío el pasado sábado, la confrontación entre mapuche y el estado se debe a la opresión de este último con los pueblos originarios.

La lucha en lo cotidiano

Mientras para algunos, como Ernesto Llaitul -hijo del líder de la CAM- ni las balas ni la cárcel detendrán su lucha, para otros la pelea diaria está en lo cotidiano.

Como los pehuenche que deben luchar por transporte digno para llegar al área urbana, las madres que ven como sus hijos salen a temprana edad de la casa hacia un internado para contar con educación, los ganaderos que requieren forraje para sus animales, los adultos mayores que no cuentan con cuidados médicos, la aislación geográfica, la falta de empleo y de oportunidades.

Alto Bío Bío y sus habitantes se debaten en la paradoja de vivir en una zona rica en recursos naturales, pero desigual en la distribución de los recursos que se obtienen por la explotación de estos.