El presidente de la Democracia Cristiana en la región de Valparaíso, Gustavo Paulsen, aseguró que la renuncia de Mariana Aylwin y otros 30 militantes a la colectividad, es un reflejo de la crisis profunda que vive el partido.

Paulsen sostuvo que el momento por el que está pasando la falange no solo es consecuencia de los resultados obtenidos en las elecciones, sino que responde a problemas más profundos que se arrastran por más tiempo y que no han sido manejados debidamente por la DC.

“Esta no es una crisis meramente electoral, no tiene que ver con los resultados electorales exclusivamente, la Democracia Cristiana quedó como el partido con mayor votación de la Nueva Mayoría”, argumentó.

Agregó que “si bien es cierto que tuvimos una baja en la cantidad de representantes en el parlamento, no es tan grave como la que tuvieron otros partidos”.

“Entonces creemos que las causas de nuestra crisis más profunda se arrastra por más tiempo, y también ha habido un mal manejo de la situación crítica que tenemos”, sostuvo.

El dirigente señaló que, a nivel local, se ha convocado a un proceso de reflexión a todas las comunas, el que terminará el 20 de enero con una junta regional.

Esto, con miras a levantar propuestas que se presentarán en la junta nacional a realizarse los días 26 y 27 de enero en Santiago.

Los tres puntos fundamentales que se discutirán durante este encuentro, estarán centrados en la convivencia interna en el partido para así evitar que se produzcan más éxodos de la colectividad, en las propuestas que se presentarán al país, y finalmente en construir un calendario electoral para renovar la directiva nacional y así darle legitimidad para enfrentar el futuro de la Democracia Cristiana.