La ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Paola Tapia, se refirió al rechazo en la Cámara del Senado al proyecto que buscaba rebajar la velocidad máxima en zonas urbanas de 60 a 50 kilómetros por hora.

La iniciativa ha sido tramitada desde hace 2 años en el Congreso y durante la última votación fue rechazada en bloque por los senadores de la oposición.

Según comentó la ministra, Chile y Japón son los únicos países de la OCDE en que la velocidad máxima no ha sido reducida, agregando que con esto se mantiene una norma obsoleta.

Tapia comentó el proceso en que se truncó esta iniciativa, asegurando que su importancia radica en que podría salvar cerca de 300 vidas al año, además de disminuir la principal causa de accidentes de jóvenes y niños.

Según cifras entregadas por la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), se ha registrado un aumento en la ocurrencia de accidentes vehiculares, tanto a nivel país como a escala regional. Así lo detalló la encargada de Conaset en Valparaíso, Camila Pastor.

Como ejemplo, un choque a una velocidad de 60 kilómetros por hora equivale -en consecuencias físicas- a la caída de una persona de un quinto o sexto piso de un edificio.

Según las autoridades entrevistadas, si se reduce a 50 kilómetros por hora la velocidad máxima en zonas urbanas, las consecuencias fatales podrían disminuir, además de mejorar la convivencia vial.