El saldo final del megaincendio de la Laguna Verde de Valparaíso es de 222 casas destruidas y un escenario desolador. En el sector de Puertas Negras comenzó el siniestro que partió en la ladera del cerro y obligó a evacuar a más de 400 personas.

Los hogares son sólo un puñado de cenizas y el sector se convirtió en un campo de batalla donde ahora trabajadores municipales con maquinaria pesada y voluntarios han comenzado a remover los escombros.

Para Norma Osorio, que ya pasó por una tragedia en el aluvión de Copiapó, hoy su tarea es ayudar a su familia que lo perdió todo en este siniestro. Al igual que Margarita Pérez que, según relató a La Radio, el fuego saltó hacia su casa y ella solo pudo correr para salvarse.

El viento, que fue el principal causante del desplazamiento del fuego desde la ladera hacia los hogares, hizo saltar las lenguas de fuego dejaron casas completamente calcinadas o sin ningún daño pese a colindar unas con otras.

Este último es el caso del domicilio de Elsa Sánchez que salió casi ileso de la catástrofe pese que sus vecinos de enfrente y de la parte posterior de su casa, perdieron todo.

Al igual que en 2014, los primeros en llegar al lugar fueron los voluntarios de diferentes sectores e incluso de otras comunas.

Estos han llegado para colaborar en las labores de remoción de escombros y tareas que se necesiten en el lugar; entre ellos, se encuentran los propios afectados que, también de manera voluntaria, a pesar de haber perdido todo se mantienen ayudando a sus vecinos.

En la zona, además, trabaja personal del municipio en la remoción de escombros y han instalado un vacunatorio para las personas que colaboran en estas tareas retirando principalmente los elementos volátiles como latas. Estos elementos son los que revisten mayor riesgo de provocar algún accidente.

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