Este lunes más de 40 personas declararán en el juicio oral que se iniciará en Iquique, región de Tarapacá, con el que la justicia decidirá la condena que recibirán los cuatro excarabineros acusados en la desaparición de José Vergara Espinoza, quien fue detenido en su domicilio en Alto Hospicio en 2015.

Hasta la fecha de desconoce su paradero, por lo mismo, estiman que el proceso podría extenderse por un mes, donde el abogado representante de la familia Vergara, Matías Ramírez, aseguró a través de un comunicado que “no tenemos dudas que se va a condenar a estos cuatro carabineros”.

A su vez, Ramírez calificó al juicio de “inédito” en lo que va de la reforma procesal penal, debido a que será “la primera vez que la justicia y la reforma se haga cargo de decidir un caso de desaparición forzada en democracia“, dijo.

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Además, el abogado manifestó que “la pretensión de la Fiscalía por secuestro calificado es de 20 años (…) Creemos que este es un caso de alto impacto social y familiar y las agravantes dan cuenta de que se debería haber exigido la pena mayor. El presidio perpetuo”.

El padre de José Vergara señaló que esperan como familia “una condena ejemplar para que esto no vuelva a pasarle a otras personas”.

En esa línea, una de las hermanas de José indicó que los cuatro excarabineros “deben romper el silencio y puedan decir donde dejaron a mi hermano. Van a ser dos años y seis meses y no tenemos ninguna certeza”.

Respecto a la detención misma de José Vergara, en dicha instancia la familia solicitó ayuda a Carabineros con el fin de contener una crisis provocada por su enfermedad psiquiátrica.

Inicialmente los cuatro policías que realizaron la detención negaron que José Vergara se encontrara en el domicilio e incluso lo informaron así en los contactos radiales con la central de comunicaciones de Carabineros.

Tras el inicio de la investigación, que estuvo a cargo de la justicia militar pero que hoy lleva el Ministerio Público, los policías implicados confesaron que abandonaron al joven en el desierto, evidenciando con este caso una práctica denominada como “machetazo” o “dos corto”, procedimiento por el que se saltan los conductos regulares y abandonan a los detenidos en sitios eriazos del desierto.