Como Fred Bobadilla fue identificado el interno de la cárcel de Rancagua, que como forma de protesta se suturó los labios e inició una huelga de hambre para demostrar su disconformidad contra la determinación de la Justicia.
El sujeto fue sentenciado a diez años de cárcel por robo con intimidación el pasado 16 de noviembre.
Pese a que la condena asociada al delito, se ajusta a derecho, el interno se resiste a acatar. Por este motivo, inició una huelga de hambre total, incluyendo suturarse los labios como forma de demostrar que no recibirá ningún tipo de alimento ni agua y solicita que se anule el juicio.
En tanto la Defensoría Penal Publica que defiende al condenado, está estudiando la posibilidad de recurrir de nulidad a la Corte de Apelaciones.
De esta forma se buscaría realizar un nuevo juicio oral donde se pueda demostrar a lo menos, que el condenado no habría tenido participación en algunos de los delitos que se le imputan.
Para estos hechos la defensa tiene como fecha tope, el próximo 26 de noviembre.
