La justicia condenó finalmente a penas remitidas en libertad de entre 541 días y 3 años y medio a los seis gendarmes investigados por la brutal golpiza a tres internos de la cárcel de Chillán, hecho ocurrido en marzo de 2016.

Esta jornada el Juzgado de Garantía de esa ciudad entregó la sentencia con las sanciones a cumplir por los uniformados, cuyas conductas quedaron grabadas en una cámara de seguridad del recinto penitenciario y que al salir a la luz pública abrieron la investigación penal y administrativa.

El tribunal desechó la pena accesoria que pedía el Ministerio Público, que correspondía a la suspensión del cargo de los gendarmes, situación que finalmente permitirá a los funcionarios penitenciarios mantener sus trabajos, lo que fue destacado por el dirigente gremial, Cristian Montecinos.

Una crítica que deslizó la Asociación de Funcionarios Penitenciarios es la criminalización que se ha hecho de la labor de los gendarmes, pero reconociendo que en su desempeño el personal carcelario debe respetar los derechos humanos de la población penal.