El sendero W, uno de los senderos de trekking más famosos del Parque Nacional Torres del Paine, está, paradójicamente sujeto a una gran incertidumbre. Y el motivo es la caída el viernes pasado de una pasarela peatonal de 16 metros que atraviesa un río permitiendo el tránsito diario de casi 400 personas, a lo largo de esta ruta.

Por lo pronto, el tránsito a lo largo de esta vía se encuentra suspendido, a la espera que se alcance alguna solución, para lo que están trabajando en conjunto Conaf, la Gobernación de Última Esperanza, personal del Ejército y de los propios hoteles, ubicados en el sector.

Sebastián Gómez, presidente de la Asociación de Hoteles y Servicios de Turismo de Torres del Paine (HYST), aclaró que la actividad de trekking o senderismo, sigue desarrollándose normalmente en el parque, aunque redireccionada hacia otras rutas que resultan igualmente atractivas para el turista.

“Lamentablemente, siento que a este regalo que nos dio la naturaleza y que es el Parque Nacional Torres del Paine, no hemos sabido retribuirle con la infraestructura mínima necesaria”, señaló.

A su juicio, “el que se caiga una pasarela que no debe costar más de $ 20 millones repararla o $ 30 millones construir una nueva, en un parque que es el más importante no sólo de Chile, sino uno de los más importantes de Sudamérica, sólo revela la crisis que están viviendo los parques nacionales, cuya institucionalidad no ha sido plenamente resuelta y carece de los recursos estatales mínimos necesarios”, expresó.

Soluciones

Agregó que se está evaluando cuatro opciones en paralelo para resolver lo antes posible esta situación. Las alternativas son reparar la pasarela, “para lo cual ya aportamos los materiales necesarios y si es necesario ayudar con mano de obra también podríamos hacerlo”.

También se podría implementar un by pass por agua o por tierra y, la última opción es la de instalar una Tirolesa.

“Esperamos que esto se resuelva pronto, hemos dejado en claro nuestra disposición a colaborar y estamos en diálogo constante con la autoridad regional de Conaf”, sostuvo.

Cada una de estas alternativas, explicó, tiene ventajas y obstáculos.

“Lo ideal es la reparación de la pasarela, para lo cual hemos aportado lo necesario. Pero no podemos asumir la construcción de esta obra, pues son otros los organismos estatales llamados a dirigir una empresa semejante y que cuentan con las competencias necesarias. ¿Qué pasa si la construimos y se cae?”, plantea.

Sobre el uso de una embarcación, explicó que “se está estudiando, pero debo decir que sólo se utilizaría si se dan todas las condiciones para un cruce seguro, en ausencia de fuertes vientos”.

Por lo pronto, la opción que aparece más viable es la de un sendero alternativo que ayer estaba siendo recorrido por guardaparques y guías experimentados para determinar si es una alternativa viable, por lo que Gómez se mostró confiado en que habrá pronto una solución.

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