Utilizó un nombre falso para ocultar su identidad y entre sus ropas ocultó un cuchillo con el que horas más tarde se ensañaría contra su víctima. Así, un hombre acusado de homicidio, llegó hasta Puerto Natales y le propinó más de 90 puñaladas a una joven.
Eran alrededor de las 10:00 horas de la mañana del 28 de octubre del año pasado, cuando Diego Molina Guerrero concurrió hasta la capital de la Provincia de Última Esperanza, con el objeto de reunirse con Priscilla Vera Mansilla.
Se registró en un Hostal, utilizando un nombre falso para ocultar su identidad y entre sus ropas, escondió un cuchillo. Mas tarde, alrededor de las 19:00 horas, concurrió hasta el local comercial “El Vergel”, donde trabajaba la víctima.
Conversó con ella alrededor de una hora y bajo la promesa de ir a consumir drogas, tomaron un taxi hasta el sector de huertos familiares, zona alejada del centro urbano de la ciudad.
Ahí caminaron varios minutos y comenzó el ataque. En total, el acusado le propinó 94 estocadas en diversas partes del cuerpo de la mujer, incluso en los ojos, en el cuero cabelludo y en las manos; hiriéndola mortalmente al cortarle la vena yugular izquierda y provocarle una anemia aguda.
Una vez terminada la agresión, Molina se retira del sector dejando a Priscilla desangrándose agonizante, luego pasa la noche en el hostal y se ocupa de lavar su cuerpo y ropas, sacando las manchas de sangre.
Al día siguiente se dirige a Punta Arenas, lugar en donde se deshace del arma blanca utilizada, siendo detenido, días después, por la Policía de Investigaciones en un pub de la ciudad.
Juicio
Este miércoles comenzó el juicio en contra Diego Molina Guerrero por homicidio con alevosía y ensañamiento.
En la oportunidad, tanto el Fiscal Regional de Magallanes, Eugenio Campos Lucero, como el fiscal jefe de Puerto Natales, Álvaro Pérez Astorga, presentaron diversas pruebas y testigos con los cuales recrearon los acontecimientos.
La Fiscalía solicitó presidio perpetuo para el acusado.
