Un llamado a cuidar el agua formuló el obispo de Chiloé, Juan María Agurto, ante la grave crisis que atraviesan varias comunas del archipiélago.

El representante de la iglesia Católica, reaccionó tras la instalación del proyecto del sector Cahuala, en Chonchi, donde 30 familias esperaron 20 años para acceder al agua potable.

El religioso dijo que no podía estar ajeno a la problemática que afecta a miles de personas y pidió hacer un uso responsable del recurso.

Por su parte, el gobernador Chiloé, René Garcés, sostuvo que la llegada del agua a la comunidad es “dignidad”, precisando que se trata de una mejora sustancial en la calidad de vida de los beneficiados, quienes dijo que van a poder “salir de esta oscuridad”.

Ancud, Chonchi,Castro, Quemchi y Quellón, son algunas de las comunas que aún deben distribuir agua en camiones aljibes.