Como un profundo drama social que difícilmente tendrá solución fue catalogada la situación de Estelvina Yañez, adulta mayor de Corte Alto en Purranque, que vive entre la precariedad y el inminente riesgo sanitario.

Su caso ha sido analizado por ya casi 8 años, tiempo en que la mujer quedó completamente abandonada tras la muerte de su hermano.

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Sin embargo, no se trata de una soledad absoluta. La mujer a pesar de su extrema pobreza, vive con cerca de 50 perros que ha ido adoptando gradualmente.

El problema es que por su escasa movilidad -ya que sufre parálisis en diversas partes de su cuerpo-, subsiste entre los desechos de éstos e incluso entre los restos de perros muertos, los que según vecinos, nadie sabe a donde van a parar.

Agrupaciones como la Liga Protectora de Animales han generado un movimiento social destinado a apoyar a la mujer, comprendiendo su pobreza y la necesidad de dar sustento para al menos el alimento de las mascotas, tal como expresó Osvaldo Cea, presidente de esta organización.

Hector Barría, alcalde de Purranque, señaló que se trata de un complejo escenario que no se resuelve con aportar alimentos para los perros, ya que finalmente se genera un círculo vicioso donde inescrupulosos se aprovechan de su condición, abandonando perros en la puerta de su casa.

Tal como expresó Barria, desde hace un tiempo se ha hecho seguimiento de este caso, aportando apoyo social a la mujer quien reconoció, durante el ultimo tiempo, ha tenido una mayor apertura, entregando algunos perros para adopción.

Sin embargo, a juicio del edil, los aportes en entrega de alimento para los canes sólo sustenta el abuso contra la adulta mayor. Además que cursarle multas o algún otro tipo de medidas contra ella sólo van en prejuicio de su precaria situación.

A ello se suma que la nueva “Ley Cholito” -aseguró el alcalde- no permite la creación de caniles donde destinar a los perros y claro, el quitarle sus mascotas también implica un daño para ella.

El alcalde explicó que el principal problema es que el municipio no puede hacer cargo de las mascotas ni menos habilitar un canil por falta de fondos. A ello se suma que no existe un mayor interés para adoptar a los canes y es evidente que la anciana no puede vivir en sus actuales condiciones.

Osvaldo Cea lamentó que muchas veces la preocupación y solidaridad sólo se queda en buenas intenciones a través de redes sociales.

Si bien se han hecho aportes en la reconstrucción de su hogar y ayudas en alimentos, vestimenta y abrigo, se trata de un ciclo de nunca acabar.