Las autoridades y los habitantes de la localidad de Queilen, en la Isla Grande de Chiloé, buscan soluciones a corto plazo para bajar niveles de sodio en el agua.

Mediante una reunión entre organizaciones sociales y autoridades locales y regionales, se acordaron posibles medidas para hacer frente a la preocupación de los vecinos en torno a la calidad del vital líquido.

Una de las hipótesis que se baraja sobre la compleja situación es una posible filtración de agua de mar a una de las captaciones.

Catherine Guillú, presidenta junta vecinos población Carlos Gómez, señaló que ante la incertidumbre han optado por comprar agua envasada.

La seremi de Salud, Eugenia Schnake, indicó que se tomaron nuevas muestras domiciliarias para conocer si los niveles se mantienen o descendieron.

El alcalde de Queilen, Marcos Vargas, detalló parte de las soluciones acordadas y adelantó gestiones con el Ministerio de Salud y Obras Públicas.

A través de la Dirección de Obras Hidráulicas se obtuvieron 100 millones de pesos para un estudio hidrogeológico y sondaje, lo que permitirá buscar agua en la parte alta de la ciudad.