“El crimen en las costas de Chiloé ahora se propagará a Magallanes”, advirtió Greenpeace en el primer aniversario de la crisis en la isla.

A casi un año de una de la crisis social y medioambiental más importante del sur del país, casi un centenar de representantes de Chiloé subieron al barco Rainbow Warrior de Greenpeace en Ancud, donde criticaron el accionar de las autoridades en la crisis y comprometieron su apoyo para que la tragedia de la isla ahora no llegue a las costas de Magallanes.

Estefanía González, Coordinadora de Océanos de Greenpeace en Chile, señaló que a un año de la emergencia todavía no se revelan responsabilidades ni tampoco reparación por el impacto social de la utilización del mar como vertedero.

El biólogo de la universidad de Chile y Oceanógrafo de la Universidad de California, Tarcisio Antezana, también presente en la embarcación, explicó que no se observan progresos en cuanto a mejorar las prácticas de uso del mar y estudios sólidos en la materia.

El histórico barco Rainbow Warrior llegó a nuestro país para exponer la relevancia de la campaña mundial “Salvemos los mares del fin del mundo”, la cual busca la protección de los mares de la zona sur austral del avance de la industria salmonera.

El oceanógrafo Tarcisio Antezana advirtió del peligro que tiene la expansión de la salmonicultura hacia la Región de Magallanes donde, por las características de sus aguas, la actividad puede llegar a generar una crisis todavía peor a la que sucedió en Chiloé.

Melissa Jure
Melissa Jure
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