Nuevamente la licitación que busca remodelar el terminal de buses de Osorno no se concretó, al no existir empresas que cumplieran los requisitos de la oferta pública del municipio, por lo que el concurso fue declarado desierto, asumiendo la entidad el diseño del nuevo rodoviario.

Lamentando un nuevo fracaso en esta obra, el concejal socialista Carlos Vargas sostuvo que probablemente la especulación de las empresas constructoras pasó la cuenta, en una obra muy necesaria para la ciudad.

Vargas recordó que ya en 2008 se hablaba de otra posibilidad: trasladar a otro punto el rodoviario osornino. Iniciativa aplaudida incluso hasta ahora por otros ediles, pero sin avances y sin posibilidades reales de llegar a buen puerto.

Con este nuevo fracaso, se trata de la segunda vez que una licitación falla; primero para la concesión total tanto de la remodelación como de la administración del Terminal de Buses y ahora por los servicios profesionales para la elaboración del diseño de arquitectura, especialidades y estudios concurrentes.

Un concurso público que tenía como oferta máxima los 80 millones de pesos, al cual se presentaron cinco empresas, pero no cumplieron las bases administrativas.