Laicos de Osorno no creen que Papa Francisco venga realmente a Chile. Aseguran que se trata sólo de un distractor para evitar las críticas al Vaticano, por no haber accedido a entregar información sobre el obispo Juan Barros, en medio de acusaciones por encubrimiento de abusos sexuales.

Juan Carlos Claret, anterior vocero de la agrupación, se refirió a las noticias que han sido emanadas desde El Vaticano durante este miércoles.

La primera concerniente al rechazo de entregar los antecedentes solicitados vía exhorto por la justicia chilena, que investiga denuncias contra el prelado local por encubrir los casos de abuso sexual del expárroco de El Bosque, Fernando Karadima.

Si bien lamentó la determinación, Claret sostuvo que finalmente viene a confirmar que tal información realmente existe, sólo que no se quiere entregar por lo efectos que pudiera provocar en la Iglesia a nivel nacional.

Por ello es que se mostró optimista respecto a lo que pudiese significar en el proceso judicial impulsado por las víctimas de Karadima.

Respecto al anuncio de una presunta visita del papa Francisco a Chile, Claret fue enfático en decir que ha sido condicionado a una gira por Argentina, que no tendría fecha agendada.

Además, se debe sumar que nuestro país está en años electorales, tiempos en en los que una visita de un sumo pontífice usualmente no se realizan, además de que en 2018, toca el tiempo del país trasandino.

Para Claret, sólo se trata de un “volador de luces” para evitar mayores críticas por el rechazo a la solicitud de antecedentes de la justicia sobre el obispo Barros.

Por todo es que cree que simplemente el papa Francisco no va a venir a Chile, por lo que no se hacen ilusiones de poder entrevistarse con él y exponer la situación de Osorno.

Y es que según relató Claret, semanas atrás viajó a Roma y estuvo muy cerca de reunirse con el papa Francisco. Sin embargo, el sumo pontífice no habría querido saber de Osorno, mostrando una postura dictatorial.

Pese a todo, insistió en mostrarse conforme con los pasos que ha dado la protesta que han mantenido desde 2015, e incluso mucho antes en el caso las víctimas de Karadima, pues las respuestas de El Vaticano confirman que hay una verdad que no quiere develarse, pese a que la justicia chilena lo solicite protocolarmente.