Sentencias diferenciadas de acuerdo al grado de participación y el delito cometido, aplicó el Tribunal Oral a cinco personas declaradas culpables del armado e instalación de un artefacto explosivo en la cárcel de Temuco en enero de 2016.

Las tres juezas que conformaron el Tribunal resolvieron condenar a Samuel Eduardo Nahuelpán Bravo y Mario Andrés Roa Zapata, a cumplir 10 años y un día de presidio, como autores de la colocación de artefacto explosivo de alto poder destructivo en un muro externo de la cárcel de Temuco, en tanto Abner Octavio Caro Contreras deberá cumplir cinco años y un día como cómplice del delito.

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Cristián Eduardo Meriño Martínez, deberá cumplir cinco años y un día de presidio como autor del armado de la bomba, en tanto Cristián Ariel Chávez Sandoval declarado cómplice del mismo delito, fue condenado a tres años y un día de presidio.

Una de las pruebas que se incluyó en el juicio corresponde a una interceptación telefónica en donde el ahora condenado Samuel Nahuelpán, comunica a sus cómplices que todo está listo y que solo queda encomendarse a Dios.

El fiscal del Ministerio Público, Luis Torres, quien sostuvo la acusación en esta causa, precisó la ubicación del grupo que participó de la instalación del artefacto explosivo, derivó de un primer intento de fuga que estaba programado para el 18 de septiembre de 2015 y en el que estaba implicado un gendarme.

En el juicio, la Fiscalía pudo comprobar que el grupo, que incluye a internos que estaban cumpliendo condena en el penal temuquense, se coordinaron para lograr una fuga masiva, sin tomar en cuenta el alto poder destructivo de la bomba que instalaron y que según los peritos, por la deficiente instalación, pudo ocasionar la muerte incluso de quienes la instalaron.