Desde 2008, el lago Cachet II, ubicado en la cordillera de la región de Aysén, hace noticia tres veces al año por el inusual fenómeno del que es protagonista: sus 200 millones de metros cúbicos de agua “desaparecen” en cosa de horas desde su lecho, quedando completamente seco.

Situación que se está desarrollando en estos días. De acuerdo a la información técnica proporcionada por la Dirección General de Aguas, el lago Cachet II está experimentando un proceso de vaciamiento de sus aguas, registrando un descenso de nivel de 15,43 m3, en las últimas 24 horas.

“La alerta amarilla se va a mantener unos tres a cuatro días más, mientras dure el proceso de vaciamiento. El proceso nunca ha sido similar un año a otro, es variable por la condición”, explicó el director regional de la Onemi, Sidi Bravo.

Desde hace un mes que se había fijado una alerta temprana preventiva, producto de los niveles de riesgos en crecida el lago Cachet, manteniéndose hasta el lunes.

“Se decretó alerta provincial para las comunas de Cochrane y Tortel, producto de aquello se toman medidas de mitigación, observación y comunicación a pobladores, indicándoles vía radio de la condición de vaciamiento del lago”, sumó el director de Onemi Aysén, la que se mantuvo vigente desde el 28 de noviembre 2016.

¿Un fenómeno usual?

El lago Cachet II, de origen glacial, posee un tamaño aproximado de 5 kilómetros de largo por 1 de ancho y unos 80 metros de profundidad. Está situado a unos 600 metros sobre el nivel del mar.

El fenómeno consiste en el desagüe repentino de lagos represados por paredes de hielo, también llamados jökulhlaups o “glacial lake outburst floods”, GLOF (por sus siglas en inglés). El evento, calificado como “evento hidrológico extremo” -por la Dirección General de Aguas (DGA) de Aysén- ocurre periódicamente en casi todas las cadenas montañosas del mundo, estimándose un aumento en su ocurrencia en el contexto de calentamiento global.

Tal como se ha indicado, el lago Cachet II ha registrado múltiples vaciamientos. Tras cada desagüe ha vuelto a llenarse y al alcanzar su nivel natural -en ocasiones tras solo un par de meses- se ha vaciado de forma súbita, para llenarse una vez más. Según los expertos, una muestra concreta de los efectos del calentamiento global para la Patagonia y sus habitantes.

Aunque cuando sucedió en abril de 2008 el suceso pareció excepcional, lo cierto es que sí se ha producido antes en Campos de Hielo Norte. Varias décadas atrás -por razones entonces desconocidas para los antiguos pobladores del Baker- el caudal del río Colonia creció rápidamente ocasionando la inundación del valle del Colonia primero y luego del Valle Grande en el río Baker. En esa época fue el lago Arco, ubicado al sur del glaciar Colonia, el que desaguó repentinamente. La última gran crecida se produjo en 1958.

Actualmente, el origen está en el Cachet 2. El lago de origen glacial está contenido por la pared del ventisquero Colonia. Súbitamente evacúa sus aguas bajo el mencionado glaciar. El desagüe se produce de manera subglacial a través de un túnel de 8 kilómetros de largo por 25 metros de ancho y 4 de alto.

¿Cómo se desarrolla el fenómeno?

Bajo el glaciar se han vertido unos 200.000 millones de litros de agua en menos de 12 horas. El volumen vaciado escurre hacia el lago Colonia primero y luego continúa por el río Colonia cubriendo todo el ancho de su valle hasta la confluencia con el río Baker.

El excedente de agua que lleva el Colonia hace replegarse aguas arriba al Baker hasta a unos 20 kilómetros de la confluencia, en una suerte de tsunami fluvial que ha anegando cientos de hectáreas. Aunque esa es la zona más afectada por el glof, horas más tarde y una vez que el río retoma su cauce natural, es el curso inferior del Baker y las comunidades que la habitan las que padecen sus efectos.

Diario de Aysén
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