La muerte del guardia Eduardo Lara en Valparaíso, en el incendio que afectó al edificio en que trabajaba, en medio de los actos de violencia del 21 de mayo, impactó a una ciudad, que se volcó a las calles para despedirlo en su funeral.
Su partida afectó a la familia y a cercanos, pero ahora se conoció que también entristeció a otro amigo, uno animal, el perro Tablón.
“Don Eduardo quería mucho a este perrito porque cuando llegó acá, a él se le acercó primero. Todos le hemos dado atención y comida, pero el Tablón siempre ha querido a nuestro amigo y vecino, porque cuando llovía, para que no se mojara, le dejaba estar en la entradita del edificio”, comentó Josefina Letelier, una vecina del sector al diario local La Estrella.
Los residentes cercanos al edificio donde trabajaba Lara recuerdan que algunos reclamaron por la presencia del perro, pero el guardia solicitó ayuda para que le construyeran una casa a unos metros de ahí. “Entre varios se la armaron. Era de madera y tenía un muy buen techo. Era la única casita que sobrevivía de las protestas hasta que la quemaron el 21 de mayo”, se lamentó Letelier.
Pero tras la protesta, vecinos afirmaron que el can se sentía apenado. “Se daba vueltas como buscándolo (a Lara) y se quedaba mirando la entrada del edificio. Era muy triste. Lo buscaba porque él siempre estaba atendiéndolo, dándole cariño”, indicaron los testigos al medio.
Al ver esta situación, vendedores del barrio se organizaron y pidieron apoyo al municipio porteño para poder cuidar al animal, solicitud que la municipalidad aceptó, pero pidiendo a cambio responsabilidad en la tenencia.
“Era el perrito que tenía el cariño y la alimentación que le daba nuestro compañero Eduardo Lara. A ratos anda triste porque echa de menos su espacio y a su amo y en esa situación, a nosotros como Municipalidad de Valparaíso, el alcalde nos ha pedido que abarquemos dos cosas: una, que le devolvamos al Tabloncito su casita y dos, que en el sector haya una tenencia responsable”, indicó el jefe de Operaciones del municipio, Gonzalo Díaz.
De esta manera Tablón (que otros conocieron como Jaspi) ahora cuenta nuevamente con una casa, al costado del siniestrado edificio.
