La popular caricatura de un enmascarado huyendo de una vivienda con un saco al hombro a la luz de la luna, podría quedar en el olvido, según los últimos indices de robos a viviendas.

Y es que según cifras entregadas por Carabineros de Chile, al parecer los delincuentes conocidos en el hampa como “domésticos”, “monrreros” o “gatos”, están cambiando sus hábitos delictivos, debido a que actualmente la mayor cantidad de intrusiones en viviendas se registrara entre las 15 y las 21 horas, es decir, durante la tarde.

De acuerdo a los antecedentes que maneja la policía uniformada, entre 2014 y 2015 se registraron 6.135 denuncias de robo a domicilios, con un “peak” entre las 18:00 a las 21:00 horas, alcanzando las 1.198 intrusiones. Cifra similar al tramo entre las 15:00 y las 18:00 horas, donde se registraron 1.023 robos.

Si sumamos la cantidad de casos entre las 15:00 y las 21:00 horas, se llega a un 36% del total, esto es, si contabilizamos las 24 horas del día.

¿Y qué sucede durante la noche? Entre las 00:01 hasta las 09:00 de la mañana, la cifra alcanza los 1.535 robos, es decir, 686 casos menos respecto de la tarde.

Destaquemos que según la legislación chilena, el robo en lugar no habitado tiene una pena de presidio menor en sus grados medio a máximo, es decir, de entre 541 días a 5 años de cárcel. Mientras que el robo en lugar habitado (con personas en su interior), tiene una pena de presidio mayor en su grado mínimo, en otras palabras, entre 5 años y un día a 10 años detrás de las rejas.

Sin embargo, mientras los delincuentes no sean sorprendidos prácticamente saliendo de las casas con las especies (en eso ayudan las cámaras de vigilancia), de una u otra forma se las arreglan para ser castigados por receptación.

Así, y dependiendo las especies encontradas, los sujetos se exponen a una pena de entre 61 días a 5 años de cárcel, y una multa de entre 5 a 100 UTM, entre $225 mil a $4.500.000.

El botín

Los delincuentes que ingresan a las viviendas, generalmente sustraen especies de fácil reventa y que no les signifique un gran peso para escapar.

Por lo mismo, generalmente los “monrreros” usan una mochila o un bolso pequeño para guardar artículos tecnológicos como cámaras, celulares, tablets, notebook; además de joyas, chequeras, relojes, dinero en efectivo, además de ropa, zapatos y perfumes.

Particularmente, con el tema de la vestimenta, ocupan un método muy sencillo: simplemente se ponen la ropa robada, ocupando la técnica de vestirse por capas.

ARCHIVO | Francisco Castillo | Agencia UNO

Prevenir, antes que lamentar

Según el gerente comercial de Prosegur Alarmas, Roberto Rivera, el informe de Carabineros muestra claramente un cambio de tendencia en el horario habitual para intrusiones en viviendas, lo que se explica por el rango de tiempo en que están solas y que son fácilmente detectadas por los “domésticos”.

“Las casas “hablan” cuando están solas, y los delincuentes se preparan para acechar y llevar a cabo un delito. Los tipos te estudian, van en las mañanas, revisan el lugar y si no están tranquilos o conformes van al otro día, estudian los horarios, la entrega de cartas”, relata Rivera.

Por lo mismo, es en la tarde cuando ya están seguros que la vivienda está sin moradores, y sin un sistema de seguridad habilitado, como cercos, alarmas y protecciones en las ventanas. Más si durante la tarde, cuando oscurece más temprano, no se ve luz en la casa y al tocar el timbre, no haya respuesta.

“Ahora que ya salió a la luz la técnica de marcar las casas, ahora los delincuentes se especializan en hacer ellos mismos los estudios y pruebas, para ver qué sucede incluso en el entorno de la casa, si pasan vehículos o si la vecina sale a barrer”, agregó Rivera.

Al respecto, el ejecutivo de Prosegur Alarmas recomendó “fortalecer” el perímetro de la vivienda con cercos eléctricos, cámaras, sistema fotoeléctrico que detectan la presencia de personas con un haz de luz, entre otros.