La agrupación Laicos de Osorno llegó hasta las dependencias de las Obras Misionales Pontificias, para entrevistarse con la misión papal encargada de investigar el nexo entre el obispo Juan Barros y el sacerdote pederasta, Fernando Karadima.

Esta será la primera sesión que no será encabezada por el arzobispo Charles Scicluna, luego de que se le realizara una operación a la vesícula tras sufrir complicaciones durante las últimas horas.

La delegación fue encabezada por Mario Vargas y Juan Carlos Claret, quienes llegaron hasta Santiago con un expediente de 1.500 páginas en que, dijeron, se evidencia “no sólo el encubrimiento” que habría realizado el obispo Barros a Karadima, sino también, los perjuicios que habría sufrido la diócesis de Osorno tras la llegada del religioso.

Claret reafirmó además que la ausencia del arzobispo Scicluna no tiene por qué limitar la sesión, expresando su confianza en que el religioso Jordi Bertomeu, miembro de la comisión del religioso maltés, continuará realizando su trabajo de forma independiente.

A la salida de la cita, Mario Vargas agradeció la disposición del sacerdote Bertomeu y a las personas que entregaron sus “relatos y testimonios”, a través del canal de comunicación que abrió la comunidad.

Respecto al tenor de la conversación, los laicos explicaron que versó principalmente sobre el ambiente que existe en Osorno desde la llegada de Juan Barros y su relación con la comunidad diocesana.

En esta línea, Claret sostuvo que el espíritu del diálogo fue en búsqueda de un encuentro entre la comunidad cristiana y no en la lógica de “vencedores o derrotados”.

Así también enfatizó la diferencia de trato que tuvieron con la comisión papal, enfatizando que “por fin somos escuchados”.

Ausencia de Scicluna

Respecto a la ausencia del arzobispo de Malta, Claret dijo que ello no debía suponer algún tipo de complicación en el proceso, realzando la independencia de este.

“Todo va a seguir bien”, advirtió el dirigente agregando que ningún miembro del clero chileno se entrometerá en el proceso que lleva adelante la comisión nombrada por el papa Francisco.

Asimismo, explicó que a diferencia de Scicluna, Bertomeu si habla español, lo que consideró como una “ventaja”, ya que el arzobispo de Malta recurre a un traductor para el desarrollo de las conversaciones que ha sostenido.