El presidente del directorio de Codelco, Óscar Landerretche, aseguró que de ganar Alejandro Guillier la segunda vuelta presidencial de este domingo no asumirá la jefatura del Ministerio de Hacienda, argumentando que sus proyecciones tanto laborales como personales se lo impedirían.

Landerretche, además, afirmó que toda proyección laboral posterior a Codelco dependerá de cuan bien se considere su desempeño al interior de la cuprífera, por lo cual está enfocado en “terminar bien este trabajo”, dijo a la prensa luego de una clase magistral dictada este martes.

“Yo tengo una decisión familiar tomada. Nosotros, como saben (…), hemos pasado por una situación compleja como familia este año, muy difícil, y yo tomé el compromiso, conversado con mi familia, de terminar esta pega”, indicó el economista.

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En esa línea, fue categórico en calificar como “absurdas” las conversaciones alusivas a quien podría ser ministro de Estado en la eventual administración de algún presidente y que se imagina que los candidatos, a días de la segunda vuelta, están concentrados en ganar la elección y no de elegir gabinete.

De esta manera, descarta transformarse en el guardián de las arcas estatales ya que, de momento, tiene programados para el primer semestre de 2018 cuatro cursos en la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, plantel donde se desempeña como académico.

Importancia de Codelco

A juicio de Landerretche, la importancia de Codelco en la economía chilena se entiende cada vez más como fundamental, pero de igual manera dijo que el Estado tiene un mal historial en términos de capitalización de la empresa.

“Pero yo siento que ha habido un creciente nivel de conciencia en el mundo público relativo a la importancia de la capitalización de la compañía y, por lo tanto, tengo confianza que sea cual sea el resultado (de la elección presidencial) se va a proyectar la capitalización de Codelco”, señaló el presidente del directorio.

Además, el economista destacó el detener la inflación de la deuda de Codelco como uno de los logros más grandes de esta administración, deuda que ascendió a los 10 mil millones de dólares, gatillada principalmente por una insuficiente capitalización por parte de su dueño, el Fisco de Chile.

Así, y desde su punto de vista, Landerretche sentenció que la inyección de recursos por parte del Estado debe continuar y mantenerse en el tiempo.