El próximo 27 y 28 de noviembre se rendirá la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y serán 295 mil los inscritos para rendir el examen de acceso a la Educación Superior.

Ramón Jara, coordinador ejecutivo de Asesorías Pedagógicas Chile, aconsejó y dio algunos tips en entrevista a nuestro medio asociado CNN Chile, sobre cómo prepararse y qué hacer frente a los nervios que puede generar en algunos, el rendir esta prueba.

¿Qué hacer?

El coordinador afirma que para buscar la tranquilidad, lo primero que hay que hacer es ir al reconocimiento de sala, para evitar la ansiedad de dónde se tiene que ir ese día. Además, recomendó el apoyo familiar durante la semana, para poder descansar y alimentarse bien durante los días que dura el proceso.

“Es un compromiso familiar, y la familia está para apoyar en estos momentos”, aseveró Jara, quien recomendó aprovechar el fin de semana para dormir lo necesario, controlar la ansiedad y no preocuparse de temas relacionados como la carrera a elegir o la universidad en la que estudiar.

Además, enfatizó la idea de que no es aconsejable estudiar a “última hora”. El coordinador enfatiza en que los alumnos tienen los conocimientos necesarios obtenidos durante los cuatro años de enseñanza media, y por tanto, , y es fundamental estar tranquilos respecto a eso, y por lo tanto, lo mejor para prepararse es dormir el tiempo suficiente, descansar, focalizarse y concentrar energía para rendir bien.

Asimismo, la directora de carrera de Pedagogía en Educación Diferencial USS, Carola Quinteros, recomienda dejar de lado la presión reduciendo los horarios e intensidad de los estudios, respetar las horas de sueño, no estudiar de nuevo y, fundamentalmente, distraerse.

La psicóloga y académica de la Facultad de Ciencias de la Educación USS, Daniela Muñoz, explica que cuando un estudiante siente demasiada ansiedad, se puede deber a la existencia de expectativas extremadamente altas de los efectos que pueden traer los resultados de la prueba, junto al temor y la baja tolerancia al fracaso.

Ante esto, destaca la importancia de que el entorno colabore bajando la relevancia de esta instancia y apoyar a que si los resultados del examen no son los esperados, no se acaba el mundo y se puede volver a intentar.

“Es contraproducente que los mismos adultos potencien y validen los temores que presenta un joven. Siempre debemos aclarar que rendir esta evaluación es parte de los hitos propios de la transición a la adultez, pero no paralizan la vida de una persona”, afirma la experta.