La Cámara de Diputados decidió postergar la votación del informe de la Comisión Investigadora de las inversiones de Bancard -el holding familiar de Piñera- en la pesquera peruana Exalmar, mientras el exmandatario estaba en el cargo y se encontraba en marcha la disputa marítima con Perú en La Haya.

Primero se dijo que los motivos del retraso eran confidenciales, pero más tarde se destapó la incómoda verdad que coloca nuevamente el ojo sobre el trabajo de los parlamentarios: el copy-paste.

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“A diferencia de lo que hizo en la campaña de 2009, Piñera incluirá en su fideicomiso sus inversiones en el extranjero, pero sus herederos dejarán fuera sus negocios en el exterior. Así, pese a ir “más allá de la ley”, como suele insistir Sebastián Piñera, una parte importante de los negocios que ha creado y que poco a poco ha transferido a su familia, seguirá fuera del alcance del ojo público”.

Estas son parte de las conclusiones del borrador del informe que debía revisar la Cámara Baja, específicamente en el punto número 2 del texto, que se refiere al “patrimonio y ‘fragmentación’ de las inversiones de Sebastián Piñera”.

Pero también arranca así un reportaje de Ciper titulado “Las sociedades en que se funde la fortuna de la familia Piñera Morel”, publicado el 15 de mayo de 2017 por la periodista Francisca Skoknic. Incluso, sin ninguna cita de por medio, agregan gráficos elaborados por ese medio respecto a la rectificación de los impuestos de Inversiones Bancard.

Un poco más arriba, en el capítulo I de las mismas conclusiones, aparece un párrafo del artículo de Reportajes Bío Bío que destapó el caso: “Piñera ingresó a la propiedad de Exalmar, la sexta mayor pesquera peruana, mientras se desempeñaba como Presidente y en medio del juicio que enfrentó a ambos países en la Corte Internacional. Lo hizo poco después de que la pesquera se abriera a bolsa en Perú a través del Fondo de Inversión Privado (FIP) Mediterráneo”, consigna el informe de la Comisión Investigadora.

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Ciertamente, la situación atizó la polémica en el Congreso, que ha sido públicamente cuestionado tras revelarse una serie de informes de asesorías con párrafos copiados. Entre ellos, el candidato presidencial de la Fuerza de Mayoría, Alejandro Guillier.

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Tras el destape del asunto, se ha pedido que sean los asesores y parlamentarios que trabajaron en el documento los que asuman la responsabilidad por los errores cometidos, ya que las bancadas de la Nueva Mayoría fueron las que se dividieron por capítulos la elaboración del reporte que debe ser entregado a la Sala de la Cámara Baja.

En concreto, la DC, el PPD y el PS se repartieron las labores, pero habría sido el equipo de asesores del Partido Socialista el que no habría realizado de forma adecuada su trabajo.

“Si hay alguien entre todas las personas que trabajaron en la elaboración de este informe hay alguna parte que esté sin la cita correspondiente, tendrá que asumir la responsabilidad, porque eso no puede ocurrir”, aseguró el diputado Fuad Chaín (DC), presidente de la Comisión Investigadora de Exalmar.

Ahora, la votación del texto fue agendada para la primera semana de octubre, pero de todos modos en el sitio de la Cámara se puede revisar un texto que aún da cuenta de los párrafos cuestionados.