La Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (Bidema) Arica y Parinacota investiga el hallazgo de cinco vicuñas muertas en la localidad de Visviri, cerca del hito tripartito Chile-Perú-Bolivia, como una posible caza furtiva de este animal protegido por la ley.

Por instrucciones de la Fiscalía de Putre, los detectives examinaron los cuerpos de los camélidos en la misma zona donde fueron encontrados, sobre los 4 mil metros de altura, determinando que tenían una data de muerte de diez a quince días y que su piel había sido arrancada con un instrumento cortante.

“Estaban desollados. Les faltaba la piel del tórax, abdomen y parte superior de las extremidades anteriores, principalmente”, describió el subcomisario de la Bidema, médico veterinario Francisco Valdenegro.

Al respecto, el profesional indicó que los ejemplares fueron hallados en dos grupos, separados uno del otro por una distancia aproximada de tres kilómetros, entre los hitos 74 y 76, a 257 kilómetros de Arica.

Los cuerpos no tenían órganos internos, lo que principalmente se debe a la acción de animales carroñeros presentes en una zona donde, además, los procesos de descomposición se rigen por condiciones climáticas distintas a las registradas a nivel del mar.

Este deterioro de los cadáveres impidió establecer una causa de muerte, pues prácticamente solo se revelaron sus huesos.

Tampoco se hallaron restos de proyectiles balísticos, los que al alojarse en las partes internas de los camélidos, pudieron haber sido ingeridos por los depredadores, dijo el experto.

No obstante lo anterior, la Bidema cuenta con testigos y una instrucción particular de la Fiscalía de Putre, para continuar con las indagatorias que permitan dar con los responsables de estos hechos.

El subcomisario explicó que un kilo de piel de vicuña puede llegar a venderse por precios entre 600 y 800 dólares en el mercado negro, es decir, entre $380 mil y $520 mil. Y para obtener esta cantidad, se requiere eliminar a cuatro ejemplares aproximadamente.

La caza de la vicuña en el altiplano tiene un impacto en su población, causando la migración de este animal hacia zonas más tranquilas, principalmente del lado chileno, y consecuencias para su salud debido a la transmisión de enfermedades de origen.

El oficial llamó a la comunidad a denunciar ante la Bidema y/o al nivel 134 la comercialización y/o exhibición de la piel y restos de este animal.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UINC) ha calificado la caza de la vicuña como un problema persistente que debe ser resuelto en forma urgente.